B la, bla… bla... ¡Porque son precisamente nuestros dirigentes políticos y sindicales los que hablan de ello! Y desde hace algún tiempo, a todos nuestros gobernantes se les llena la boca de estas palabras. ¿Regeneración dicen de la vida política? Y luego nada hacen que muestren la sinceridad y deseo de sus palabras. ¿Para qué? Si en el fondo ellos viven, pero que muy bien con la estructura actual de nuestra política y… ¿quién cambiaría una vida muelle por otra más sacrificada? Pero, bueno… eso es lo que ellos nos dicen en la tergiversación de su lenguaje populista, que no de servicio publico. ¿Regeneración democrática? Me gustaba más aquello de vino y circo, que decían los sátrapas emperadores romanos. Creo que eran más sinceros. Yo en el fondo solo creo que hay un vacío de verdadera ideología en nuestros políticos. Vamos… ¡que hay un hueco ideológico en los pensamientos de todos ellos!
Empecemos, por tanto, para los demás. Es decir… para los indignados. Aunque algunos intenten callarnos la boca con la idea de que somos simplemente unos resentidos. ¡Bueno… no es mala esta propaganda de acusar de resentimiento para acallar las voces discordantes! En el fondo, a lo mejor… hasta tienen razón. Pero los hechos, son hechos tozudos y no las buenas y simples razones populistas de defensa y justificación personal. Y así, se dice…¡hay que consumir para superar la crisis!¿Pero con qué dinero consumimos, si ellos mismos nos han empobrecido? Si nos han subido hasta límites insospechados los impuestos y las tasas (como ejemplo, la electricidad un 60% más). ¡Que me lo expliquen estos nuevos listos, culiparlantes que se sientan en nuestras cámaras de gobierno, solo esperando a salir corriendo para disfrutar de sus dineros! Por ello –siempre subjetivamente, es decir, desde mi forma de pensar– quiero analizar lo que significa “regeneración democrática”, y los males que han convertido a nuestra flamante democracia en una verdadera estafa. Que conste que son mis palabras, nada más por tanto, cada cual que las niegue o discuta a su manera. ¡Es su libertad de opinión!
PRIMERO. ¡El dinero! Considerando por tanto que el aumento desenfrenado de los patrimonios personales de nuestros dirigentes ha sido el objetivo final de su deseo –los hechos conocidos de Filesa, Palau, Bárcenas, Gürtel, ERE andaluces, Pokemon, Fabra, los consejos de administración de las cajas de ahorro… acompañados de casos como el GAL, doctrina Parot, Faisán… y tantos… y tantos más, lo demuestran– es la causa y objetivo final de tanto desmán democrático, debemos coincidir que el problema es la codicia insaciable del español medio y mediocre. ¡Y todos sabemos que el deseo de ocupar un puesto político o sindical es solo porque abre las puertas a su insaciabilidad patrimonial personal! Y hablo de casi todos, sean de izquierdas o de derechas, que ya no los diferencio. Conclusión… ¡a por la caja, es su única ambición personal! Quizás, lo que me consuela es que han metido tanto la mano en la caja, que al no quedar dinero este problema se va acabar pronto. ¡Bueno a fuer de ser sincero no todos son así!
SEGUNDO. ¡Los políticos actuales!. Si… ésos que van tras la caja para su patrimonio personal. ¿Quiénes son? Pues… gentes normales casi… casi como nosotros, pero con más poder de decisión y ejecución sobre la vida de los demás. ¡Y encima con nuestros dineros! En ellos la cultura de servicio público no existe. Se ha cambiado el valor de servicio a los administrados por otro más bastardo ¡que los administrados me sirvan a mí! Solo buscan su enriquecimiento y prestigio personal… ¡Nada más! Y si el dinero es el objetivo de nuestros políticos, ¿de donde salen nuestros políticos…?
TERCERO. ¡Los partidos! Considerando que en este punto ya llegamos a la cuna de nuestros políticos: ¡los partidos! Debemos preguntarnos ¿cuál es la estructura de nuestros partidos políticos? Pues es muy fácil, son estructuras piramidales, clientelares, con cúpulas endogámicas y bunkerizadas. De ellos salen los futuros dirigentes de nuestra sociedad. En ellos, alguien y por alguna razón, llega a la cúspide, y entonces se empieza a rodear de clientes tanto familiares como vasallos dependientes de su decisión. Y una vez creada esta primera mesnada clientelar, estos son los encargados de anular expulsar y aislar a su líder para protegerlo y protegerse. Esta cúpula, casi… casi familiar, defenderá y evitará cualquier problema, ya que cualquier incidencia no solo afectarán a su líder, sino que también tendrá efectos sobre ellos mismos. En el fondo no es más que el conocido vasallaje, por el que un ser de categoría inferior se ponía bajo la protección de un ser de categoría superior. Concluyendo, sin duda, en los partidos actuales, se mantiene la tradición medieval de los señores feudales, donde existía un contrato sinalagmático, con obligaciones para ambas partes. ¡Y es de estas fuentes, los partidos, de donde salen nuestros actuales dirigentes políticos!
CUARTO. ¿Soluciones? ¿Recuperar el valor del sentimiento personal de servicio público a nuestros políticos? ¿Y quién lo va hacer, si la mayoría han llegado a la política sin estar cotizados en la vida ciudadana y dependen del partido? Luego, resulta que por el momento nada que hacer. Porque considerando lo anterior, solo cabe que se acabe el dinero o que se reestructure la democracia en los partidos. Pero ninguno de nuestros políticos se va hacer el harakiri personal. Así que a resignarnos, ya que ninguno de ellos se va a ir a sus casa de motu propio..
Mientras, los ciudadanos a seguir consumiendo. ¡Que no queda otra idea de la felicidad que no sea el consumo! Y no se con qué, ya que apenas nos queda economía doméstica con tanto impuesto. ¡Porque ni izquierda ni derechas, que son todos iguales ya que han perdido su ideología cuando se trata de dinero, van a cambiar nada!