La presión sobre los asentamientos de inmigrantes en toda la zona portuaria es total. Las escolleras están siendo desmanteladas. Se retiran las casetas, se hacen batidas, detenciones… todo en base a esa operación de “limpieza”, bautizada de esta forma por la Ciudad y la Delegación del Gobierno.
Pero quienes tienen un sueño, quienes solo persiguen cruzar al otro lado, escapar de Ceuta para llegar a la Península tienen que dormir en cualquier lado, esperar el momento oportuno para colarse en los camiones, buscar la manera de superar el filtro para olvidar una ciudad que supone un mero tránsito en sus vidas. Duermen, se esconden, descansan… hasta encima de kioscos. Es una manera de permanecer en el territorio mientras los agentes policiales rastrean hasta el último rincón.
Detrás de esas estadísticas, de las presiones, de las batallas campales, de los arrestos… están las historias de los adultos y menores que permanecen en Ceuta y cuyo objetivo no es otro que pasar. Algunos se han dejado la vida en ello, otros se han quemado el cuerpo y los hay que ni siquiera recuerdan de dónde vienen ni a dónde van, atrapados en un submundo de alcohol y droga. Es lo que sucede en un puerto que prepara su gran proyecto de blindaje.
Delegación del Gobierno y Ciudad Autónoma han marcado como objetivo prioritario una actuación que seguirá en el tiempo hasta que deje de ser noticia lo que sucede en este punto de Ceuta. Ellos, los protagonistas de esta historia, seguirán intentando el cruce de cualquier manera porque hay algo que les une al objetivo político: ellos tampoco quieren estar aquí, ellos quieren huir, escapar, dejar este terreno pensando que al otro lado del Estrecho habrá una oportunidad. Es la gran falacia de este siglo, la que se mantiene a pesar de todo, la que sigue arrastrando a jóvenes y menores a cruzar la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos. Así cada día.
Pues hala, carlos, llebate unos pocos a tu casa
no me gustaria verme a mi ni a nadie de mi familia en esa situacion ni a ninguna persona todos tenemos derecho a una vida digna
Cada uno en su pais, no puedes exigir en un pais que no es el tuyo lo que no exiges en el propio