Ha sido una auténtica tragedia. De nuevo la inmigración ofrece su rostro más dramático. Esta madrugada han fallecido tres jóvenes subsaharianos después de que la patera que ocupaban embarrancara a la altura de Santa Catalina.
La Guardia Civil busca a dos sospechosos, los patronos que empezaron a arrojar a los inmigrantes al mar nada más llegar a la costa. 21 se han salvado, entre ellos varias mujeres y al menos una en avanzado estado de gestación.
Los llantos y los gritos desesperados de los supervivientes alertaron a las fuerzas de seguridad de que podía haber más gente en el agua. El helicóptero, las patrullas terrestres revisando entre las rocas y los GEAS y Servicio Marítimo en el mar han batido toda la zona.
Así durante varios minutos, hasta confirmar la peor de las noticias. Una auténtica tragedia: tres inmigrantes sin vida habían sido atrapados por el mar. Los GEAS sacaron los tres cuerpos, uno de ellos de un joven casi adolescente, procediendo a su traslado a la base del Marítimo.
Policía Judicial se ha encargado junto con la comitiva del juzgado de guardia de reconocer los cuerpos, que han sido retirados pasadas las cuatro de esta madrugada por la funeraria.
La Guardia Civil investiga ya los hechos, revisando la patera en busca de alguna pista que les lleve a los dos sospechosos. Una pareja que escapó después de provocar esta auténtica masacre. Unos criminales que además de hacer negocio con la inmigración han causado la muerte de tres personas.
En los rostros de los supervivientes se notaba la conmoción vivida. Ellos han podido burlar a la muerte. Ellos representan a los que sí han podido superar esta expedición de la muerte. Un viaje en patera movido por la falta de escrúpulos de quienes mercadean con hombres y mujeres como si fueran esclavos. Hoy Ceuta escribe otra crónica negra, otra crónica desgraciada. Tres jóvenes han muerto en nuestras costas, tres personas que soñaban con una vida perdida en el mar, tres subsaharianos que ya no podrán gritar Boza, ya no podrán gritar libertad.