Cristales rotos, polvo y restos de ladrillo. Es la carta de presentación de La Sirena en Ceuta, una imagen que tiene posibilidades de revertirse. La reforma de este edifico, parte de un conjunto histórico, podría materializarse. La última acta de la Comisión de Patrimonio emite una respuesta favorable a este proyecto de modificación en el interior de su estructura.
Sin embargo, es precipitado confirmar que esta iniciativa va a ejecutarse. Este documento aún está a la espera de la firma que consolide su aprobación y hay que recordar que este órgano se encarga de asesorar a la Consejería de Cultura.
Este planteamiento no es nuevo. Ya se sacó a la palestra este asunto en una sesión en junio de 2022. Se señaló con anterioridad que este bien inmueble era declarado BIC, lo que finalmente fue aclarado. No forma parte de esta clasificación, pero sí es cierto que la actuación respondería a la protección que goza a través del nuevo PGOU, es decir, del Plan General de Ordenación Urbana.
Las labores se corresponderían con la adaptación del interior, una acción necesaria dado el estado de deterioro que presenta. Durante esta última reunión se conversó sobre una revisión del proyecto.
Reforma anterior
No es tampoco la primera vez que se acomete una restauración de sus instalaciones. Ya se hizo una inversión alrededor de 1,2 millones de euros, una modificación que, en esa ocasión, estuvo a cargo de dos talleres de empleo de la Fundación Forja XXII.
Finalizado el trabajo en 2012 y entregadas sus llaves al Ministerio de Defensa, continuó vacío y sin otro uso. Finalmente, el vandalismo y el paso del tiempo hicieron de las suyas. A pesar de tapiar sus entradas, todo quedó de nuevo sin arreglar y con una estampa poco favorecedora.
“Todo lo que se invirtió se ha malogrado. Cegaron las ventanas, pero como no hay vigilancia tiraron los tabiques y entraron”, expresa José Manuel Pérez, vicepresidente de Septem Nostra.
La Sirena lleva años como objeto de distintas propuestas. Se llegó a contemplar la posibilidad de convertirlo en un punto para observación de aves, pero finalmente quedó descartado, tal y como apunta Pérez. “Cuando se restaura un edificio hay que tener previsto un diseño de gestión”, añade. “Eso es lo que ha faltado en este caso y en muchos otros”, concluye.
Otros planes surgieron para ella. “Lo último que se escuchó fue que la Consejería de Medio Ambiente quería instalar alguna de las oficinas o dependencias de alguna empresa pública”, comenta. Este propósito surgió en 2021 y se pretendía dar cobijo a Obimasa junto a dos asociaciones que promovieran actividades relacionadas con el entorno natural.
Toda esta tormenta de ideas ha quedado en el aire y de momento no hay una segunda vida para la sirena. Tampoco para el fuerte de Punta Almina, que comparte abandono con esta infraestructura. Ante la suciedad también trataron de implantarse medidas de contención, pero tampoco han tenido efecto.
De hecho, en sus estancias se contemplan a simple vista objetos arrojados en su interior e incluso elementos como colchas o botellas de cristal. “La Sirena tiene las puertas destrozadas y el interior. Lo han reventado por dentro El fuerte igual. Hay todo tipo de enseres, colchones, muebles…”, comenta Pérez.
Aún debe transcurrir más tiempo para esclarecer cuál será el futuro de La Sirena, un bien patrimonial que, de momento, no llega a puerto de forma definitiva.
Venga otro millon de eur para la basura
Venga y luego el castillo de San Amaro y las murallas del camino de ronda si se quiere se puede