Sufian Benamar, 14 años de Castillejos. Mohamed Akel, de 17. Mohamed Moussa, de 15. Yassin, de 17, Faisal de 17.... Y más, muchos más. Niños y niñas desaparecidos, infancias robadas por Mohamed VI en la gran ofensiva acometida contra España utilizando a Ceuta como cabeza de turco. Ya lo hizo cuando alentó la salida de cientos de embarcaciones cargadas con subsaharianos para mostrar su enojo porque la Guardia Civil había dado el alto a su embarcación. Pero ahora el gesto ha sido sin duda más doloroso, porque ha tocado el corazón de muchas personas incapaces de entender cómo se puede hacer esto con niños tan pequeños y con adolescentes a los que ahora buscan sus familias.
El teléfono de El Faro de Ceuta no para de sonar. Al otro lado hablan padres y madres que buscan información sobre sus niños. Imploran ayuda, necesitan que alguien sepa dónde están y que puedan regresar a Marruecos. El gesto basado en el más puro engaño a menores ha supuesto un antes y un después para muchos. Ya nada será igual después de lo acontecido, después de que se haya forzado a esos pequeños a dejar sus hogares a base de mentiras.
Omar, Amin, Hassan con solo 12 años, Abdel... también niñas y niños muy muy pequeños de 5 o 6 años. Todos perdidos en Ceuta, buena parte acogidos en las naves y en Piniers, pero otros tantos perdidos en las calles. Desde Marruecos las familias piden ayuda incluso a conocidos que tienen en Ceuta para que se acerquen a las naves e intenten reconocer a sus pequeños. Porque lo más grave es que no saben siquiera si cruzaron, si están a salvo o en qué estado se encuentran. La falta de información llevó a que la administración local buscara un canal de comunicación aportando un número de teléfono en España, pero para muchos no es la vía más adecuada.
En estas historias de luz y oscuridad hay también finales sobrevenidos, como los de aquellas familias que ya tienen a sus niños consigo porque han regresado o bien en compañía de un adulto o bien por sus propios medios.
La labor que están llevando a cabo muchos ceutíes intentando colaborar en la búsqueda de los pequeños es impagable. Es una labor callada y constante para intentar, sobre todo a través de redes sociales, unir lo que la frontera ha separado, calmar a esas madres que desconocen dónde están sus pequeños para que, al menos, conozcan que llegaron. A muchos de estos pequeños sus padres les esperan al otro lado.
Lo positivo radica en los reencuentros entre familias después del regreso voluntario de muchos jóvenes que marcharon, a los que sus familiares buscaban pensando que habrían perdido la vida y que ahora han vuelto a sus casas, como si todo lo ocurrido hubiera sido una mera pesadilla.
Los hay que no son tan jóvenes pero que llevan consigo la misma tragedia y desesperación de sus familiares. Mohamed Ahdadou apenas tiene 20 años y hace más de seis días que no saben nada de él. Como otros miles como él, cruzó a Ceuta el lunes.
Buscan a Mohamed, pero dicen que nadie atiende el teléfono de desaparecidos
Otra familia busca a Mohamed, a quien perdió de vista el martes sobre las 15:00 horas, cuando salió del colegio. Desde entonces, sus padres no saben nada de él y su progenitora ha caído enferma. Tiene 14 años y aseguran que entró en Ceuta a nado. Lamentan que nadie responda el teléfono de búsqueda de desaparecidos proporcionado por las autoridades españolas.
Anas, otro ejemplo
Mariam también se pone en contacto con este periódico para lanzar un mensaje de ayuda: busca a Anas Barhon, de tan solo 15 años. Desde el lunes no aparece por casa, su madre Fadila le espera en Castillejos, en el barrio de la Condesa. No saben si cruzó a Ceuta o no, pero evidentemente creen que sí, ya que desde el lunes no aparece y coincide con todas las entradas de inmigrantes.
Y que hacen los servicios sociales del estado para entregrar ya esos niños a sus padres. Si unos padres reclaman a sus hijos, estos deben devolverse aunque los menores no quieran soñando que en España los billetes de 20€ crecen solos en los arboles. ¿Acaso estos jovenes conocen la realidad social y laboral que hay en España?.
Que publiquen las fotos de los menores en una pagina oficial en Español y en arabe para que sus familias los identifiquen y acudan a Ceuta a recogerlos con todas las garantias.
Tendría que haber un organismo europeo internacional para aplicar a los que fomentan estás tiranías con niños sobretodo para que no lo vuelvan a hacer, porque ellos no tienen culpa de que la riqueza de un rey este en unos 5000 millones de euros actualmente y no pueda dedicarles la atención de formación, seguridad, higiene y sanidad, es que no hay palabras para decirle a este rey que son todos ciudadanos suyos y debe de preocuparse, la tiranía no es un buen amigo.
Un diez al articulo
El Gobierno de Ceuta debería abrir una página con las fotos y las filiaciones de todos los menores que tengan bajo su custodia, con los datos personales que ellos aporten, para que sus padres o conocidos puedan reclamarles. Al sátrapa le importan un bledo ésos niños y niñas que ha enviado ,con mentiras, como moscas sin valor para molestar a los habitantes de Ceuta y Melilla, igual que ha estado realizando con personas de mas edad y algunas mujeres y menores a los que embarca en cayucos que apenas pueden arribar a las costas canarias. Aunque nos quedemos sin judías verdes en los supermercados, el Gobierno español debería empezar a cortar importaciones agrarias y de otro tipo, procedentes de los huertos y tierras marroquíes. Por cierto, la mayoría de ellas explotadas por empresas agrarias españolas ,sobre todo levantinas, que las producen a bajos precios y nos venden a precios que ya quisieran para sí los huertanos de Iberia.
El pescado que se vende obligatoriamente debe tener expuesto al publico su origen, aunque lo compren en Algeciras.Pues pescado que se vea que viene de Marruecos que se lo coman ellos.Da igual donde lo vendan, y acostumbrarnos a comer productos nacionales o europeos.