Lo denuncia Ceuta Ya! y esa foto debería provocar vergüenza. No digo dimisión, porque aquí nadie se va, pero al menos sí vergüenza y una reacción inmediata.
La foto es del gimnasio del colegio Príncipe Felipe, sin uso desde hace años, olvidado, cerrado y sin adecentar como si un gimnasio no fuera importante. Habrán pensado los responsables que los chicos y chicas que cursan estudios en este centro no necesitan una asignatura a la que se le debería dar incluso mucha más importancia.
Ese gimnasio es como la sala de los horrores, pero mantenida en un centro escolar en el que conviven un montón de niños.
Esa imagen es de vergüenza, pero tan solo demuestra la dejadez y el olvido que la clase política tiene con la educación.
Lo ocurrido en el centro Ramón y Cajal ha provocado que se focalicen todas las atenciones en las infraestructuras educativas de Ceuta. Esa atención ha llevado, además, a que empiecen a aflorar las vergüenzas consentidas con colegios tan abandonados durante años que ahora ya prácticamente no tienen solución salvo que se ordene una intervención de urgencia y envergadura.
Las administraciones son responsables no solo de esta situación sino de la seguridad y bienestar de nuestros hijos.
Tener así el gimnasio de un colegio es como para que la Fiscalía actuara. ¿Cómo se ha podido extender esa situación en el tiempo?, ¿cómo no se ha hecho nada, optándose por lo más fácil como es clausurar el aula?
A esos niños se les ha mermado de una educación completa y normal. Es una indecencia que esto suceda, pero también que sigan callados.







Es indignante ver esa imagen. Me pregunto cuánto tiempo lleva en esa situación y cómo no se ha reparado. Educación, Sanidad y Justicia son los tres pilares esenciales de una sociedad, lo demás puede esperar. Necesitamos más inversión en Educación, aunque tengamos menos estatuas o farolas más modestas. A quienes corresponda la tarea hay que exigirles que lo reparen de inmediato y asuman su responsabilidad.