Los tronos del Salón del Trono han desaparecido de su lugar. Una detenida mirada a la configuración de la sala hace notar algo raro.
Algo que, por ejemplo, nadie notó en la recepción oficial a los Polillas de la semana pasada, cuando en vez de los tronos laterales había dos sillas corrientes; dieron el pego sin problemas, seguramente camufladas bajo el trono que ha albergado ilustres visitas a lo largo de la historia.
La respuesta se puede encontrar sólo unos metros más allá en el mismo edificio, donde el antiguo salón de plenos ha sido tomado por el grupo de restauradoras del Plan de Empleo. Entre el olor de los productos químicos con los que se está quitando la suciedad y los malos arreglos provisionales que se han realizado en las sillas históricas de estilo francés. Principalmente, purpurina; una purpurina que, en su momento, disimulaba a la perfección el color dorado, pero que con el tiempo se vuelve verde.
Tras la fase de limpieza, vendrá la de reposición de las capas perdidas sobre la madera. Afortunadamente, el destrozo es menor de lo que se preveía, según explica la restauradora que dirige el grupo, Inmaculada Rodríguez: “Parecía que bajo la purpurina ya no habría oro; sin embargo, resta más de lo que en un principio se podía pensar”.
El gran valor de estas sillas que adornan las recepciones oficiales aunque sin ser usadas desde hace tiempo reside tanto en sus materiales como en su fabricación artesanal. “Por ejemplo, tienen un dorado al agua, que hoy día es muy difícil encontrar. Igual pasa con la tapicería, y con los grabados a mano en las sillas. Todo eso, si quisiéramos hacerlo hoy, sería carísimo en caso de encontrar a alguien dispuesto a fabricarlas”, añade Rodríguez.
El ritmo de trabajo de este grupo, que trabaja para el Ayuntamiento hasta el mes de junio dentro del Plan de Empleo, les impedirá terminar todas las sillas en ese plazo. El tiempo estimado para terminar de reparar cada una de ellas gira en torno a un mes. A partir de ahí, o bien la tarea se quedará a medias, o bien el Ayuntmamiento es capaz de seguir con la inversión.
Las sillas, después de recibir la limpieza, verán sus partes dañadas repuestas con exactamente los mismos materiales y técnicas con las que se fabricaron. Por ejemplo, el dorado se hará de la misma forma.
Además, y como medida preventiva, las sillas verán saneados los ataques de carcoma que presentaban. Aunque actualmente, según precisó Rodríguez, no existe infección, los daños que dejaron las que hubo anteriormente sí serán reparados, como medida preventiva.
Este grupo es el mismo que ha restaurado el Descendimiento, que se halla en fase de ensamblaje y volverá a la Santa Iglesia Catedral en un futuro próximo.