El artista sevillano puso en pie a un Teatro Auditorio del Revellín lleno hasta la bandera con un derroche de fuerza, talento y voz
Dejándose el alma sobre el escenario. Gritando con el corazón. Rasgando el ambiente con dolor y pasión: Falete canta como pasan los huracanes. Porque el recital que ofreció anoche el artista sevillano en un Teatro Auditorio del Revellín que registró un lleno hasta la bandera, fue un derroche de coraje, una demostración de fuerza, un homenaje a Hércules. Todo su repertorio parece llevado en volandas por una furia de la naturaleza. Falete, en estado puro, salvaje.
Sin embargo, el artista no estuvo sólo y sobre las tablas se alimentó de un elenco de categoría, muy auténtico, muy andalú, con mucho duende. Mención especial para nuestra paisana Macarena Cortés, una rosa divina y elegante al viento, y Laura de los Ángeles, pianista exacta como un reloj suizo y con el duende del mejor flamenco. Todos ellos, más una banda de calidad, fueron aplaudidos con entusiasmo por los presentes, muy animosos desde el principio hasta el fin: “‘¡Falete guapa!”, atronó al comienzo. Y los retratos de Antonio Mairena y Manolo Caracol, de testigos en el atrezo.
“Nunca olvidaré aquella primera vez que vine a Ceuta y tuve el enorme placer de besar a la Virgen de África”, rememoró con emoción al tiempo que añadió: “Ustedes son un público muy especial. De verdad”. Los aplausos fueron atronadores y las lágrimas asomaron por los ojos del artista andaluz.
De ahí en adelante, el estreno de ‘De orilla a orilla’, que le llevará por escenarios del territorio nacional, derivó en una intensa ceremonia flamenca y gitana en la que la unión entre artistas y públicos fue calurosa y sincera; emocionante y hermosa; auténtica y memorable. Y cuando la luz se apagó, casi dos horas después del inicio, el telón fundió en negro y la voz se silenció, en el ambiente quedó, sin embargo, esa fuerza dormida e invisible propia de los huracanes que se van y dejan para siempre su huella en la ciudad, en las personas.