Uno es de donde nace pero también de donde lucha y yace. El azar y las propias decisiones de la vida llevaron al ecuatoriano Francisco Javier Suárez Veintimilla a morir a miles de kilómetros de su tierra, luchando por una bandera que no era la de su país y acabar enterrado en Ceuta, una ciudad sin aparente relación con su Otavalo natal. En la mañana de este jueves, coincidiendo con el centenario de su fallecimiento, la Comandancia General de Ceuta (Comgeceu) le ha dedicado un sencillo y emotivo homenaje enmarcado en los actos del 111 aniversario de la creación de las Fuerzas Regulares ceutíes, cuyo programa culmina esta tarde en el acuartelamiento de González Tablas con la parada militar.
La historia del alférez Suárez Veintimilla es una de tantas que conforman el rico legado de Regulares. Así, tras caer en combate en Beni-Arós cuando ni siquiera había cumplido los 28 años sus restos fueron luego a parar al Panteón de Regulares en el Cementerio de Santa Calina, donde este héroe de guerra fue sepultado entre las banderas ecuatoriana y española.
La Unidad de Música de la Comgeceu, en fila de a tres, ha interpretado cuatro marchas en un acto al que ha acudido el agregado de Defensa de Ecuador, Ramiro Gudiño León, por ser el país del que fue oriundo este alférez que realizó sus prácticas en calidad de agregado formando parte del Tabor de Caballería del Grupo 3 de Regulares de Ceuta.
El 19 de junio de 1922 perdía la vida en un violento ataque a la columna que mandaba el teniente coronel Miguel Ponte y de la que él formaba parte en el sector de Beni-Arós. Con apenas 27 años, Suárez Veintimilla dejaba un importante legado en las fuerzas Regulares. Durante el combate, el militar de origen ecuatoriano cogió la carabina de su ordenanza muerto y fue capaz de abatir a dos enemigos sin poder evitar caer mortalmente herido. Uno más entre las 15.000 fallecidos en combate a lo largo de la historia de Regulares.
Las palabras extraídas de una carta son el mejor testimonio de su vida como militar: “Yo no puedo creerme extranjero en España. Mi patria es mi Ecuador amado y lo será mientras viva, pero España me ha dado un uniforme que tengo que honrar y para mí, como debe ser para todos los americanos, España, aunque no sea mi patria, merece todo el cariño porque es la madre de mi país natal”.
Precisamente, el representante de la delegación de Ecuador este jueves en Ceuta ha aludido al importante “hermanamiento de la familia iberoamericana e hispanoamericana” con este tipo de actos de abrazo fraterno. Gudiño León ha agradecido la deferencia de las Fuerzas Armadas españolas y se ha sentido “honrado” de formar parte del homenaje.
Por su parte, el coronel jefe del Grupo de Regulares 54 de Ceuta, José María Moro, también ha agradecido esta unión entre pueblos con actos simbólicos como el recordatorio a los 100 años de su muerte de este alférez “que tuvo mala suerte pero el honor de caer por España”,
En el honor del alférez han sonado la marcha que lleva su nombre, se ha entonado ‘Oración’, el ‘Himno de Ecuador’ y finalmente se ha cerrado el acto con el coreado ‘Himno de Regulares’. Una mañana solemne en el camposanto de Santa Catalina, donde debajo del panteón resguardado por el león descansa desde hace un siglo el héroe Suárez Veintimilla.
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