Ceuta es un lugar con mucha historia y todo ceutí conoce, o ha escuchado hablar al menos, de sus Fuertes Neomedievales. Se trata de un conjunto de edificaciones militares construidas en el siglo XX, inspiradas en las estructuras defensivas de la Edad Media, aunque realizadas con técnicas modernas.
Inicialmente, se construyeron nueve fuertes aunque ya solo quedan siete. FaroTV ha hecho un recorrido por estos lugares de la mano del presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, para conocer más detalles de la historia que se esconde tras ellos.
La primera parada tuvo lugar en el Fuerte de Anyera. Es el punto más alto de Ceuta a 349 metros sobre el nivel del mar y “desde aquí se tiene la suerte de ver unas vistas espléndidas de lo que es Ceuta, de lo que es su entorno, y se puede entender cómo la geografía ha condicionado la historia de la ciudad. También explica que Ceuta haya sido un lugar deseado por todas las civilizaciones que han tenido influencia en las zonas del Mediterráneo, concretamente en el terreno occidental”, detalla.
Esa “apetencia” por hacerse con esta ciudad ha dejado como herencia muchos restos fortificados que van desde el siglo 2 d.C. hasta la actualidad. Uno de esos restos son los Fuertes Neomedievales, que nacen en el contexto de la Guerra de África.
Contexto histórico
Según detalla Pérez Rivera, “las relaciones entre España y Marruecos no estaban atravesando los mejores momentos a mediados del siglo XIX y a partir de 1840 es cuando la situación se vuelve especialmente tensa. Eso motivó la firma de un acuerdo en agosto del año 59 con el Sultanato de Marruecos entonces presidido por el sultán Mohamed IV”.
“Parecía que con ese acuerdo diplomático se podía entrar en una fase de cierta paz en este entorno. Pero España, temerosa de las continuas incursiones que estaban haciendo las poblaciones rifeñas de los alrededores de Ceuta, decide situar una serie de reductos fortificados, que eran bastante elementales. Eso provocó la ira de Marruecos y abrió un conflicto abierto. El 22 de octubre del año 59, es cuando España, siendo reina Isabel II, declara la guerra oficialmente a Marruecos y se moviliza una cantidad ingente de soldados que se van alistando”, añade Rivera, explicando el contexto histórico en que se construyen estos Fuertes.
El fuerte de Anyera es el punto más alto de Ceuta, a 349 metros sobre el nivel del mar
Este conflicto bélico termina con la firma del Tratado de Wad-Ras en 1860 “que lo que hace es que amplía los límites de Ceuta. Hasta esa fecha, los límites reconocidos por Marruecos era el Arroyo de Fez, cerca de las Murallas Meriníes, y se amplía hasta estas cimas de Sierra Bullones y se toma como referencia el arroyo de las Bombas como frontera natural y frontera política con Marruecos”.
Una vez ampliado el territorio de Ceuta, se encarga a un grupo de ingenieros militares la redacción de una serie de proyectos que constituirían la nueva línea fronteriza de la ciudad y que estaba compuesta por doce elementos: nueve fuertes y tres blocaos.
Los siete Fuertes que se conservan
Centrándonos en los Fuertes, situados de norte a sur, el primero sería el Fuerte de Benzú, “que fue volado cuando empieza la extracción de material para la cantera de Benzú; el que sigue es el de Aranguren, luego este de Anyera, el Renegado que tampoco existe en la actualidad; continúa con el de Isabel II, Francisco de Asís, Piniés, Mendizábal y termina con el del Príncipe Alfonso, que es el único que no tiene la planta circular, sino poligonal”.
Estas estructuras se conocen como Fuertes Neomedievales porque “recuerdan mucho a las torres circulares que podemos encontrar en la costa malagueña que son sobretodo de época nazarí”.
El fuerte de Benzú y el del Renegado son las dos torres que no se conservan hoy día
En cuanto a su diseño, todos ofrecen características similares, “tienen esta forma trococónica, planta circular, tienen varios pisos y tienen una serie de elementos, de almenas o de aspilleras, que son esas pequeñas aberturas verticales que eran para la artillería ya que se diseña pensando en un tipo de defensa contra tropas irregulares, tropas rifeñas, que conocían muy bien el terreno”, detalla Pérez Rivera.
Además, lo que se hizo es que fuesen “Fuertes autosuficientes y tienen además un foso seco a su alrededor para evitar que pudieran ser tomados por tropas enemigas y un aljibe para poder resistir el durante el tiempo necesario”.
Por otro lado, cabe destacar que “a la hora de diseñar y de seleccionar los puntos de ubicación de cada uno de estos fuertes se tuvo en cuenta también la posibilidad de controlar, digamos, todos los posibles acceso”.
Conectados visualmente
Un detalle interesante y que llama también la atención es que los nueve Fuertes Neomedievales “estaban conectados visualmente”. Desde este modo, desde Anyera, el punto más alto, se veía el Fuerte del Renegado, actualmente conocido como La Tortuga, y mirando hacia el norte se vería Aranguren. Por su parte, hacia el sur, se verían, “perfectamente”, Isabel II, Francisco de Asís y Piniés.
Esta conexión permitía “poder avisar por distintos medios si había cualquier tipo de ataque y tener esa posibilidad de poder mandar señales a los otros grupos que estaban en cada uno de estos fuertes para mantenerlos activos y que supieran que había alguna situación complicada”.
Todos los fuertes estaban conectados visualmente por estrategia
A lo largo de su historia, estos elementos se han utilizado para la vigilancia de la zona. También “hubo otro acontecimiento en el año 24 de una subrogación cabileña cerca de aquí de Ceuta y se volvieron a arreglar estos fuertes. Luego ya después sí que ha habido destacamentos de la Legión durante un tiempo y de la Guardia Civil, previamente a toda la reforma que se hizo de la construcción del perímetro fronterizo”.
Los Fuertes Neomedievales, Bienes de Interés Cultural
Finalmente, cuando ya no tenían sentido para estos usos, en 1997 los Fuertes Neomedievales de Ceuta fueron declarados bienes de Interés Cultural en la categoría de monumentos. A pesar de eso, “no se termina de encontrar o decidir un uso que pueda aprovechar este recurso patrimonial”, manifiesta el arqueólogo.
Aún así, es cierto que “hay una ruta diseñada que está en la red nacional o red internacional de senderismo, luego ha habido escuelas talleres que han restaurado los caminos y lo han señalizado y se han ido situando carteles informativos donde no solo hablan de la historia del Fuerte y de la posibilidad geográfica sino también se refieren a que estamos en un espacio de la RedNatura 2000, una zona de especial importancia comunitaria por la Unión Europea y zona de especial protección para las aves”.
Asimismo, las torres de Piniés, Aranguren y Francisco de Asís “han sido escenario de proyectos de restauración a través de escuelas-talleres de empleo”. Sin embargo, alguno de ellos, como el de Piniés, quedó “inacabado ya que todo lo que es el encofrado exterior fue picado pero no se llegó a terminar”.
Hay una ruta senderista que permite visitar este conjunto monumental
En definitiva y tal y como se puede observar, los Fuertes Neomedievales de Ceuta “están en desuso, abandonados y están en muchos casos en un proceso de deterioro progresivo ya que hay que tener en cuenta que tienen ya casi dos siglos a su espalda de antigüedad”.
Pérez Rivera ha aprovechado para hacer un llamamiento e “intentar que se pueda hacer un proyecto pensando en la protección del patrimonio y el disfrute social y el poder legal a las generaciones futuras un patrimonio que conecte el futuro y nuestro presente también, pero con el pasado. Es un patrimonio que tenemos la obligación de mantener y conservar”.
Los Fuertes Neomedievales de Ceuta son parte de su historia. Situados en lugares estratégicos, ofrecen unas vistas espectaculares de la ciudad y conocerlos, es obligatorio.
Las Torres de Mendizábal y Piniés
Estas dos fortificaciones se encuentran próximas la una a la otra
El Fuerte de Mendizábal recibe su nombre en honor al Comandante graduado, Teniente del cuerpo de Ingenieros Plácido mendizábal y Sariviarte, que murió junto al reducto de Isabel II, en el campo de Ceuta, el 9 de diciembre de 1859. Se encuentra ubicado al oeste del fuerte del Príncipe Alfonso, sobre la cumbre del cerro de Mendizábal y limita al norte con el camino de acceso a esta fortificación.
Por su parte, la torre de Piniés ocupa la cima de Loma de Isidro, denominado el Puerto del Grajo. Su objetivo táctico era impedir el paso por la carretera, batir las alturas del frente y flanquear los barrancos de Mendizábal.
Este fuerte contaba con una superficie total de 72,62m2, repartida entre los dormitorios de la planta alta y baja. También tenía cocina y letrina con pozo negro y azotea.
Francisco de Asis
Esta torre sufrió un incendio y su posterior reconstrucción en el siglo pasado
Esta torre recibe el nombre en honor al marido de la Reina Isabel II, Francisco de Asís y fue proyectada en 1860 junto con la torre de Piniés por el comandante Capitán Paulino Aldaz bajo las instrucciones del coronel exento Manuel Valdés.
Su construcción finalizó en 1863 y en 1905 se realizó un aljibe con una capacidad total de 16.500m3.
Más tarde, en la década de 1940 fue entregada al Parque de Artillería y posteriormente a la Guardia Civil.
En el año 1956 este fuerte sufrió un incendio, desposeyéndolo de todas sus plantas y siendo sus condiciones de habitabilidad malas desde entonces.
Ya en 1997 se cedió esta torre a la Ciudad exclusivamente para su restauración.
Los Blocaos
Del Comandari Nuevo y Viejo
Los blocaos son otros elementos de arquitectura militar del siglo XIX que se encuentran ubicados junto al arroyo de las Bombas.
El blocao del Comandari Viejo es una fortificación defensiva de planta poligonal en forma de estrella de ocho puntas desarrollada únicamente en planta baja. Está cubierta de teja curva y cercas de madera y los muros están hechos a base de mampuesto de piedra con aberturas para el tiro reforzas de ladrillo.
Por su parte, próximo a este blocao se encuentra el del Comandari Nuevo. En esta ocasión, tiene forma rectangular desarrollada en planta baja, primera y cubierta, habiéndose los forjados de separación de las mismas. Los muros son de mampuestos de piedras con aberturas para el tiro.
Ambas fortificaciones estaban dispuestas de modo que pudieran preservar a las Fuerzas ocupantes de los fuegos del enemigo y permitir el uso de las armas para la defensa desde su interior, albergando un número reducido de hombres.
Aranguren, Anyera e Isabel II
Esos son los tres primeros fuertes actuales en orientación norte-sur
El primero de todos, empezando desde el norte, sería el Fuerte de Benzú, que fue volado cuando empieza la extracción de materal para la cantera de Benzú.
A este le sigue el de Aranguren, que cuenta con una capacidad de 95,90m2, repartida entre el cuerpo de guardia y los dormitorios de la planta alta y baja.
Por su parte, el fuerte de Anyera se encuentra tras el acuartelamiento de García Aldave y es el punto más alto de Ceuta.
A mediados de los años 90, la Comgeceu autoriza a la 4ª Bandera del 2º Tercio de la Legión la construcción de un observatorio para facilitar las labores de vigilancia del perímetro fronterizo.
En último lugar, la torre de Isabel II está ubicada frente al mirador de igual nombre y próxima al acuartelamiento de García Aldave. Se encuentra a un par de kilómetros del Serrallo y era el núcleo de la defensa terrestre.
Tenía el doble objetivo de batir las alturas, desde las cuales el enemigo podía atacar la posición del Príncipe Alfonso y tomar de flanco todo el ataque terrestre.
Actualmente, es necesaria la impermeabilizacion de cubierta ya que esta se encuentra con múltiples filtraciones. Además, se aprecian fisuras estructurales dese de el exterior, siendo conveniente acometer obras de cara a su estabilización.