El ciudadano hispanosuizo Kevin Z., detenido por su relación con el asesinato el pasado diciembre de dos turistas escandinavas en Marruecos y acusado de pertenecer a una célula yihadista, compareció hoy ante el juez de instrucción del Tribunal de Apelación de Salé, ciudad vecina de Rabat.
El abogado Saad Sahli, contratado por la madre y la esposa de Kevin, explicó que éste último comparece dentro de un grupo de 24 acusados -entre autores materiales del crimen y cómplices-, y auguró una instrucción de varios meses antes de que comience el juicio.
La comparecencia de Kevin y los otros acusados de "atentar de forma premeditada contra la vida de personas", "cometer un crimen mediante actos bárbaros" y "formar una organización para preparar y cometer actos terroristas", se produjo a puerta cerrada, y los abogados atendieron a los periodistas fuera del tribunal.
Pese a tratarse de un "macrojuicio" por el primer atentado terrorista en Marruecos desde el año 2011, las medidas de seguridad eran discretas y la normalidad reinaba en las distintas salas del tribunal.
Sahli dijo a Efe que se siente optimista ante la situación de su cliente, de 25 años, "porque su situación jurídica es totalmente distinta a la de los otros", y dijo "confiar en su inocencia".
Sin embargo, las autoridades antiterroristas de Marruecos consideran que Kevin entrenó a los distintos integrantes de la célula tanto en el manejo de armas de juego como en el uso de la red Telegram, para poder comunicarse pasando desapercibidos.
El hispano-suizo fue incluso - según dijo a Efe el director del organismo antiterrorista marroquí, Abdelhak Jiam - el que eligió los blancos que debían ser objeto de ataques por parte de esta célula yihadista que más adelante prestó juramento de lealtad al Estado Islámico.
Salhi insistió en que la relación personal de Kevin con los autores materiales se produjo solo durante 2016 y que actualmente "no figura entre los autores principales" del crimen de la danesa Louisa Vesterager Jespersen, de 24 años, y la noruega Maren Ueland, de 28, asesinadas dentro de una tienda de campaña en una región montañosa marroquí.
El hispano-suizo ya fue condenado en Suiza entre 2007 y 2013 por delitos como robo, tráfico de drogas, daños a la propiedad y abuso conyugal y, cuando se sospechaba que estaba entrando a formar parte de grupos radicales - tras convertirse al islam -, dejó el país centroeuropeo para vivir en Marruecos en 2015, donde se casó y tuvo un hijo.