De todos era conocido que los resultados electorales del 20N iban a ser los que han sido. ¿Pues quién lo dudaba?. En esta España nuestra, como diría la fallecida cantautora Cecilia, como tan solamente podemos aspirar a la alternancia política entre dos grandes formaciones nacionales como son PP y PSOE, tras casi ocho años de Gobierno por parte del PSOE, habiendo producido una catástrofe económica en nuestro país de una magnitud impresionante, que han llevado a España al borde del abismo, era lógico pensar que en estas elecciones fuera el PP quien barriera de un plumazo a los socialistas.
Pues los españoles han querido dar su máxima confianza al PP, formación política en la que se ponen todas las esperanzas para poder remontar esta crisis interna que nos está asfixiando. Pues sin querer caer en demagogia, cinco millones de parados, donde muchos de ellos no tienen ningún tipo de ayuda y prácticamente no pueden subsistir, son las razones por las que los ciudadanos creemos que Mariano Rajoy es esa tabla de salvación que puede hacer posible, no exento de grandes dificultades, que podamos poco a poco remontar el vuelo. Se nos antoja difícil que este líder político pueda tener en su mano esa varita mágica pareciéndose a Harry Potter para que de un solo golpe pudiera despegar los horizontes sombríos que cubren a nuestro país.
En otro orden de cosas, también tendríamos que andar con mucho cuidado en este caso los llamados a representar a España tanto en el Gobierno como en el Congreso de los Diputados y en el Senado haciendo gala de esa austeridad que el presidente impéctore en la campaña electoral comentaba en todas sus apariciones públicas, con los recortes que está obligado a hacer, en aquellas cosas que no sean perjudiciales para el día a día de los españoles, pues hay cuestiones en las que él tiene muy claro que tendrá que meter la tijera. Hombre, la sanidad, las pensiones y cosas de primer orden no creo que las vaya a tocar, pero otras muchas sí.
Por eso decía que los que van a formar Gobierno y Congreso de los Diputados, etc. etc..., deberían tener también, en algunos casos como ocurre en nuestra ciudad, el gesto solidario y austero de que al ocupar dos cargos como es diputado nacional y consejero de la Ciudad Autónoma de Ceuta, si renunciara a uno de los dos supongo que demostraría el momento político que se vive en nuestra ciudad. Y así podría atender bastante mejor los intereses de los ceutíes en uno u otro foro.
Pero esa son apreciaciones que uno tiene, otra cosa será lo que este diputado pueda pensar o querer hacer. Eso ya lo dejo a su conciencia porque los recortes tienen que ser para todos iguales. ¿No les parece?.
También se ha dicho, por activa y por pasiva, en la campaña, en el caso que nos ocupa en Ceuta, que nunca se iba a engañar a los ceutíes. Espero que eso sea cierto porque en algunas circunstancias esas cosas parece que no se cumplen y cuando alguien cree tener palabra y en alguna ocasión olvidarse que la tiene no es ni prudente ni recomendable.
Y por eso espero que ahora con la euforia de un triunfo majestuoso podamos llegar a tener, de verdad, esas esperanzas a las que me refería antes.
Por el bien de todos un buen slogan sería: ¡Pongamos a España a trabajar! .... pero todos, no unos cuantos, que ya está bien de ver las mismas caras en los mismos sitios, agarrados al sillón, no vaya a ser que se lleven algún disgusto.