Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil trabajan en desandar el camino para llegar al punto de partida que siguió el joven marroquí cuyo cuerpo sin vida fue localizado en la orilla de Juan XXIII, en Ceuta.
En apariencia se trataría de un menor, de unos 17 años, aunque es un dato que debe ser corroborado una vez que avance la investigación y se practique la autopsia.
Hay muchas incógnitas en torno a este suceso. El fallecido vestía ropa de calle corta, no portaba documentación identificativa y tampoco está claro que entrara esa misma mañana a nado en Ceuta. De hecho se está investigando la probabilidad de que este muchacho se encontrara en la ciudad. ¿Cómo terminó así? Es lo que tendrá que esclarecer la Benemérita en su intento por confirmar todas las sospechas.
A falta de conocer los resultados de la autopsia, el cuerpo no presentaba lesiones por lo que todo apunta a una muerte por ahogamiento. La alerta se dio pasadas las siete de la mañana. Los primeros en intervenir fueron agentes de la Policía Nacional que incluso practicaron la RCP a la víctima sin éxito.
El cadáver fue retirado del lugar pasadas las nueve de la mañana y trasladado a la sala de autopsias en donde, cuando se le practique el examen por parte del cuerpo forense, se podrá concretar la causa de la muerte y aproximarse con mayor acierto a su edad.
Este es el tercer cuerpo sin vida recuperado en aguas de Ceuta en un semana. En este caso fue en la zona más próxima al espigón del Tarajal, la semana pasada fueron dos cadáveres hallados en Benzú, uno de un joven cuyo cuerpo ya ha sido repatriado a Marruecos para su entierro, y otro de un yemení.
Labor de la investigación ya en marcha es conocer si este joven estaba registrado por su entrada previa en Ceuta así como averiguar su identidad para dar con sus familiares. En apariencia no presenta signos que apunten a algo anómalo en su muerte, pero habrá que determinar todos los extremos.
Presión migratoria permanente
Precisamente el cuerpo sin vida de este chico fue localizado después de una noche de gran presión en los espigones y en la valla, a pesar de las constantes lluvias. Durante toda la noche las fuerzas de seguridad españolas tuvieron que intervenir para rescatar, al igual que los agentes marroquíes, a varones del vecino país que se habían arrojado al agua para entrar a nado.
El que una noticia como esta se convierta en cotidiana en esta ciudad, no puede hacer que este suceso pase inadvertido. Se te encoje el corazón al leerla.
Esto es un constante goteo. ¿Cuántas personas tienen que ahogarse intentando llegar a Europa para que ese país vecino, ¡tan rico! y ese rey, ¡tan ultramillonario!, hagan algo por sus súbditos?, ¿Pero es que no tienen alma?¿Cómo se puede ser tan sin vergüenza? ¡Esto clama al cielo!