A la vista de todos, ante una ciudad que pasea ajena, los edificios de los Grupos Alfau se están cayendo a pedazos ante la inmovilidad de las autoridades competentes y la impotencia de los vecinos que son los principales afectados.
Hace más de treinta años, denuncia la presidenta del portal 10, Mari Carmen Guerrero, que no se ha acometido reforma alguna en unas viviendas que superan el medio siglo de vida. En el transcurso de estas décadas, el vecindario ha sido testigo de la degradación que los inmuebles han experimentado tanto por fuera como por dentro. “En nuestras viviendas hemos asumido nosotros las reformas. Desde humedades brutales hasta las grietas que comienzan en el exterior y atraviesan toda la pared”, manifiesta Guerrero. Sin embargo, los vecino exponen que no pueden asumir todo el coste de la reforma exterior. “Hacemos algo, sobre todo para evitar que suceda alguna desgracia, pero vemos que hasta que realmente no pase, nadie actuará”.
Los edificios presentan un aspecto de abandono y dejadez. Las cornisas se caen a diario, el número de grietas cada vez es mayor y su tamaño deja entrever partes desnudas en varias zonas.