El grupo La Locvra interpretará esta noche una serie de cantadas españolas con las que esperan deleitar a todos los asistentes en la iglesia de Los Remedios a las 21.00 horas. Uno de sus integrantes, Vicente Bujalance, ofrece más detalles de este grupo, así como de la actuación prevista en Ceuta.
¿Cómo surge este grupo?
En un contexto académico, en el Conservatorio de Sevilla. Hay una pretensión de parte de todos los miembros del grupo de hacer una música barroca española, que está un poquito abandonada en los archivos. Hacer una música barroca, pero dándole un poco de frescura, quitándole un poco de academicismo, que, por supuesto, llevamos a las espaldas mucha investigación musicológica, mucho rigor de las fuentes, mucho investigarlas.
Pero, sobre todo, a la hora de ponerlo en valor en un escenario, nos gusta pensar de una manera muchísimo más lúdica que la que se hace habitualmente en los conciertos de música historicista.
¿Es la primera vez que vienen a Ceuta?
No, Rafa Arjona y yo, -Vicente Bujalance-, ya habíamos venido el año pasado, que hicimos un concierto que ponía en vigor la diferencia entre la poesía francesa del XVII y la poesía española. Y ahora esta vez se nos suma Ricardo Güete, que es un violagranvista genial para hacer este tipo de concierto que trata sobre cantadas españolas.
Más detalladamente, ¿qué va a poder escuchar el público que vaya a escucharle?
Escucharán una serie de cantadas españolas, sobre todo de José de Torres, aunque también hay algo de Durón y de Juan Hidalgo. Son unas cantadas sacras, la mayoría en lengua romance, aunque hay un par también en latín, y lo que tratan de buscar estos compositores españoles es un poco acercarse al estilo italiano, que es un estilo en el que hay recitativo, en el que hay un aria da sapo, que es como una canción, que sin embargo exprime muy bien el contenido dramático de los textos.
Los textos también son muy curiosos porque en el contexto religioso esos textos no dan demasiadas pistas sobre la religiosidad de los textos. Muchos hablan de un cupido o hablan de flores y de campos, entonces se difumina mucho el contenido religioso. La verdad es que es muy divertido meterse en el mundo metafórico enorme que tenían estos autores, que vienen de la tradición de Calderón de La Barca y de Garcilaso. Es muy gracioso y muy divertido meterse y desgranar un poquito el texto para saber qué significa.
En general son todas sobre cantadas al Santísimo y, claro, había toda una filosofía en torno al Santísimo, entonces toda la metafórica de la poesía española se vierte ahí y al final parece que estamos hablando de flores o de cupidos o de amantes, de amantes que se buscan y que se pelean, y finalmente es una metáfora hacia el hecho religioso. Es muy curioso, es muy raro y nos encanta.
Además de vuestras voces, ¿qué instrumentos serán los que os acompañen durante la actuación?
Pues mira, Rafa Arjona estará tocando para las cantadas españolas y las canciones españolas la vigüela, que es como un antepasado muy directo de la guitarra española. Y para las cantadas que son más del tipo italiano, estará tocando una tiorba o archilaúd, que es genial porque tiene cuerdas al aire y tiene muchísima resonancia el instrumento. Y Ricardo Güete hará el bajo continuo con la viola da gamba, que también es un instrumento con trastes parecido al cello, pero con trastes y también es una pasada, o sea, es genial.
Como bien ha comentado antes, es mucho tiempo de investigación el que os lleva detrás de cada canción. ¿Hay alguna vez que hayan recuperado vosotros por primera vez?
Digamos que aprovechamos, ahora con el auge del Internet, lo que se va escaneando en los archivos. Entonces yo, por ejemplo, he tenido la oportunidad de comprarme una especie de manuscrito sobre la Compañía de la Novena, antigua compañía de la Hermandad de la Novena, y sí que he tenido posibilidad de transcribir algunas cositas que ya había transcrito Mariano Lambea y Lola Jossa, grandes musicólogos de los años 80.
Sin embargo, nosotros lo que hacemos es, aunque esté editado y esté transcrito por musicólogos, nosotros volvemos a la fuente, porque una de nuestras ideas es hacer una versión lo más personal que se pueda y lo más cómoda.
Al fin y al cabo, estamos trabajando con ediciones que a nosotros nos vienen muy bien. Las partituras del barroco funcionaban como unas guías, unas guías muy básicas. Lo que sucede con las partituras del siglo XVII es que se daban muy poquitos detalles, entonces se dejaba mucho a la voluntad y a la creatividad del músico, que es realmente lo bonito de esta música. Y entonces, ni corto ni perezoso, nosotros hacemos este tipo de ediciones para nosotros mismos, para facilitarnos a nosotros la búsqueda de cosas creativas, de elementos creativos que nosotros queramos añadir a nuestra interpretación de esta música.
¿Tienen algún disco publicado con estas canciones?
Pues no lo tenemos todavía, pero estará muy prontito. Con estas canciones tenemos un proyecto que se llama PANDORGA BARROCA, en la que también están el violagamista Pablo Romero, la soprano Irene Román y el contratenor Pepe Carrión. Ese proyecto trata sobre la Navidad. PANDORGA es una fiesta, una fiesta cantada de Navidad, en la que, otra vez, a todo el contexto de la Navidad, con esta metafórica de la poesía española, se dan historias muy raras y muy chulas.
Por ejemplo, se llega a poner al niño Jesús como un bandolero, aprovechando toda la cultura escarramanesca que había en el siglo XVII de bandoleros y de maleantes. Se llega a poner al niño Jesús como si fuera un bandolero, porque te va a robar el alma para salvarla. O como un militar también. Son historias muy raras del siglo XVII. A mí me sorprende porque había muchísima más libertad a la hora de opinar sobre religión, incluso sobre política, aunque parezca muchas veces lo contrario.
¿Por qué deberían ir al concierto? ¿Por qué deberían darle una oportunidad?
Se le debe dar una oportunidad a este tipo de música que no suena mucho, porque es como ir a un museo. Entonces, claro, ponemos en valor un tipo de patrimonio que la gente debe ir sintiendo poco a poco como el suyo. Cuando vamos a un museo sabemos que Velázquez es español y sentimos esa pintura casi como algo muy patrimonial de nuestro país. Y a mí me gustaría, en un hipotético ideal, que con la música pasase lo mismo. Vamos a cantar una canción muy bonita que se llama Esperar, Sentir y Morir, que a mí me parece una gloria y tiene muchísimo carácter español. Es un carácter muy del XVII.