Un grupo de 47 residentes del Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes ha abandonado este jueves Ceuta para emprender una nueva vida en la Península. 21 forman parte del programa de atención humanitaria y 26 del de protección internacional. Subsaharianos, argelinos, sirios y yemeníes, entre otros,
han protagonizado esta salida, dándose cita a primera hora de la mañana en la estación marítima. Hasta allí ha acudido personal del
CETI para despedirles, tanto trabajadores como compañeros a los que aún les queda tiempo para abandonar la ciudad. Detrás de cada caso están las historias de aquellos que cruzaron bien saltando la valla o bien bordeando a nado los espigones, la ruta más peligrosa de todas.
El puerto, lugar de despedida
El puerto se ha convertido en un escenario festivo, con bailes, abrazos y risas entre quienes han compartido periplo migratorio hasta llegar a Ceuta. Se continúa así con el protocolo de organizar salidas a la Península para evitar que el centro termine saturado, siendo una alternativa seguida para aliviar la carga que obedece a los picos de entradas registradas. A primera hora de la mañana, la llamada ‘
lista del Balearia’ ha cobrado forma con la marcha de los elegidos para cruzar al otro lado del Estrecho. Así han emprendido rumbo desde el centro del Jaral hasta el puerto.
Apoyo al otro lado del Estrecho
La amplia mayoría son jóvenes subsaharianos, todos varones, que esperaban el momento de salir iniciando ahora una etapa en la que, en un principio, cuentan con apoyo de las
oenegés. Ceuta es punto de llegada de estas personas, pero no de permanencia, porque a lo que aspiran es a poder marchar a la Península o a algún país en donde tengan familiares. La ciudad se convierte en el trampolín de tránsito, ofreciendo recursos de estancia temporal en el centro.