Un grupo de 70 subsaharianos ha partido esta misma mañana a la península, ayudando así a rebajar la actual presión que existe en el CETI, que impide, por ejemplo, la realización de actividades ya que todos los espacios están ocupados por tiendas, camas y literas.
A la estación marítima han acudido muchos residentes del centro para despedir a sus compañeros, entre los que había quienes habían logrado llegar a Ceuta por mar o por la valla, en la entrada que se produjo el pasado 31 de octubre.
Además de los inmigrantes de origen subsahariano parten algunos asiáticos que lograron su pase a la ciudad en motos de agua el pasado verano.
Selfis, posados, abrazos… las escenas reflejaban lo emotivo de una salida con la que sus protagonistas marcharán a distintos puntos de la península.
Abubaker, de Costa de Marfil, llegó a Ceuta por la valla, confiesa que ha sido muy difícil entrar, muy complicado su pase. Marcha a Sigüenza
Ibrahim, de Guinea Conakry, llegó por mar hace tres meses y marcha ahora a Sevilla, también confiesa estar muy contento por conseguir el pase.
Son historias, son testimonios, de quienes dejan atrás un periplo clandestino duro que ya prefieren olvidar.