El ministro de Transporte y Movilidad, José Luis Ábalos, ha indicado este miércoles que serán las propias autoridades de Ceuta y Melilla las que puedan plantear al Gobierno si “aumentar o no la conectividad” con la Península disminuye el riesgo de propagación del coronavirus en las ciudades autónomas.
Ábalos ha recordado que su Gobierno fue “sensible” a la petición de reducir “muchísimo” sus conexiones marítimas y aéreas asegurando que, evidentemente, “si lo piden lo reconsideraremos”, aunque sin perder de vista la “fragilidad” sanitaria que estas ciudades “pueden tener” y que, por tanto, hace que requieran de un “cuidado especial”.
El cierre del puerto a los pasajeros, tanto en Ceuta como en Melilla, ha facilitado que la expansión del COVID-19 “se ha contenido y no ha llegado a ninguna fase de alarma”, ha respondido el ministro a preguntas de El Faro de Melilla.
A petición de las autoridades de Ceuta y Melilla, ha recordado Ábalos, se planteó una fuerte restricción de movilidad, de conectividad con estas dos ciudades. “Lo fue a requerimiento de las ciudades y así lo hicimos”, ha reiterado.
“La medida ha tenido mucho efecto”, ha reconocido el titular de Transportes; “tenga en cuenta que las posibilidades de atención sanitaria de estas ciudades, por su ubicación, eran más delicadas que en el resto de la Península y, por lo tanto, había que ser más estrictos en orden a no generar ningún problema de orden sanitario”.
El presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Vivas, ha manifestado en diversas ocasiones que, en consenso con el consejero de Sanidad, Javier Guerrero, apuestan por no reabrir ni el puerto ni la frontera hasta que tengan garantías de que la epidemia está controlada. El jefe del Ejecutivo local así lo ha trasladado a Pedro Sánchez en una videoconferencia con los presidentes autonómicos.
Completamente de acuerdo con los dos cometarios anteriores. Ceuta no está en estado de alarma más bien parece un estado de SITIO, se están atropellando derechos fundamentales y eso no debería estar pasando, es ilegal.
La delegada no ha estado a la altura, ha sido torpe al manejar está situación, no vale con echar el cerrojo y punto, hay que atender a la población y escuchar sus necesidades y no menospreciarlas, muy mal por su parte, esta mujer debería plantearse dejar el cargo a otro responsable con más experiencia y más recorrido político. Lo que está ocurriendo le ha venido grande a esta señora.
Cumpla la ley y atienda a los ciudadanos, es lo único que se le exige, está haciendo mucho daño con su inacción y su incapacidad de gestión, si no puede o no sabe , váyase, nos hará un gran favor además de ahorrar sufrimiento innecesario.
Somos muchos,los que por unas circunstancias u otras trabajamos aquí y tenemos a la familia en la península.deberian de plantearse y buscar la manera de que podamos estar con la familia.esto psicologicamente la verdad es q agota demasiado,el no saber si volverás a disfrutar de ellos.espero q pronto busquen una solución.
Mi mujer reside y vive en Ceuta y yo, por razones laborales, trabajo en la península. Desde que se decretó el estado de alarma llevamos sin poder vernos, ya que no se autorizan la viajes de fin de semana para estar con mi familia. ¿Hasta cuando tendremos esta situación?
Mentira, tras mentira. La Delegación del Gobierno se ha pasado dos pueblos, con el consentimiento de la Plaza de Africa. Tenemos hospital, existen pabellones y ¿tenemos menos medios? ¿Hasta cuando Ceuta y Melilla dejarán de ser prisiones? Ceutíes y Melillesen han sido los grandes perjudicados de la pandemia respecto a movimientos. Se han roto familias, se ha menos preciado al pueblo, se han extralimitado el poder dado por el Estado de Alarma. No solo es la salud física, es necesaria una salud mental, y nuestras autoridades han tratado al pueblo como sus esclavos y a su antojo. La mínima comprensión del estado de movimiento aceptado en la Peninsula y recogido en el RD 463/2020 en sus excepciones han sido menos preciadas por una Delegada del Gobierno, incapaz de tomar medidas, como periodos para poder transitar, resultados médicos, periodos sin trabajo y reunión familiar; solo se ha cernido a la represión y el confinamiento duro de un estado policial brutal.