El mal inicio del Zaragoza en la Liga (seis partidos y ninguna victoria), hundido en el penúltimo puesto, ha situado a su entrenador, José Aurelio Gay, al borde de su destitución.
Su segundo, Mohamed Alí Amar ‘Nayim’, conocidos por todos en Ceuta, seguiría sus pasos, tal como ha declarado publicamente, y no se había planteado la posibilidad de convertirse en el nuevo técnico del club aragonés.
El empate la pasada jornada en ‘La Romareda’ ante el Sporting en un partido en donde los de Preciado llegaron a ir ganando por 0-2, desestabilizó, y mucho, la posición del entrenador, y los rumores señalaban que el presidente y propietario del Zaragoza, Agapito Iglesias, había decidido su destitución.
Pero no. Éste dio ayer la cara ante los medios de comunicación en una rueda de prensa convocada a la tarde, y reafirmó a Gay en su cargo como técnico.
Aseguró que los rumores eran “falsos”, e insistió en que los jugadores “lo están dando todo”.
Estos sumores insluso ya apuntaban posibles candidatos para ocupar el banquillo aragonés, como el mejicano Aguirre o el ex de Sevilla, FC Manolo Jiménez.
De hecho, el propio Nayim, en esa nube de información y desinformación que forzaba la salida del entrenador del Zaragoza, quiso señalar públicamente (antes de la rueda de prensa de Iglesias) que ni se planteaba la posiblidad de ser el recambio de Gay, ya que dijo, en los micrófonos de Onda Cero, que “yo llegué con Aurelio y, si se marcha, me iré yo con él, lo tengo muy claro”.
De este modo, y con el horizonte ya ‘despejado’, Iglesias ha asegurado que Gay continuará como entrenador, como mínimo, hasta enero, lo que garantiza por tanto que Nayim se comerá los ‘polvorones’ en Zaragoza.
El ceutí es una institución en el club maño desde que en aquella noche mágica en París marcó al Arsenal el gol más importante de su carrera y que daba a su equipo el título de la Recopa.