Recuperar poco a poco la normalidad. Hacerlo ante el temor de que vuelva a producirse otro estallido social al otro lado de la frontera que separa Marruecos de Ceuta. Esa inquietud permanente no es buena para la tranquilidad de una ciudad que busca un futuro económico para el que todos estos golpes a pie de valla son negativos.
Mientras en los foros y grupos de WhatsApp compartidos por quienes aspiran a otro “ataque”, como lo llaman, a Ceuta el 30 de septiembre se siguen compartiendo ideas y anunciando reuniones, las fuerzas de seguridad intentan manejar los tiempos de un modo de proceder no estilado con anterioridad, pero que ha venido para quedarse.
El grave problema social asentado en el norte de Marruecos se lleva gestando desde el cierre de la frontera y la imposición de criterios como el visado lo que dejó sin inyecciones económicas a muchas familias, tiradas además en la cuneta ante un país incapaz de ofrecerles alternativas.
Las muertes y casos de desapariciones han ido a más al aumentar los intentos de entrada por mar. Y no solo de jóvenes del norte, sino que cada vez se estaban produciendo más tragedias de residentes en ciudades como El Jadida, ubicada a 500 kilómetros.
Eran detalles que, sumados y ahora entendidos, aventuraban movimientos que no van a parar con desplazamientos masivos desde la zona sur.
Este verano las entradas masivas a nado que quedaron en intentos de cientos en el mar eran el resultado de llegadas de adultos, pero sobre todo menores, desde zonas del sur.
Lo que ha ocurrido está siendo analizado por la inteligencia española, pero también por la marroquí. El 15-S ha roto con todas las previsiones, aunque eso ahora no es lo grave, lo que queda por venir sí lo es.
Ceuta no puede verse sometida a una inestabilidad permanente, a un miedo a no saber qué va a pasar, a no saber si se producirá otro “ataque” el día 30, antes o después. Y si al mismo le seguirán más.
Marruecos ha desplegado a cuantiosas fuerzas de seguridad en los montes, a lo largo de los más de 8 kilómetros de perímetro fronterizo, en el mar (en las dos bahías) y frontera. ¿Cuánto tiempo puede mantenerse ese control?
Hoy, días después del intento de entrada masivo y la detención de miles de personas, sigue habiendo presencia algo mermada, pero permanente de Marruecos. En el lado español, la misma.
Una presencia física completada con las detenciones de quienes siguen alentando en redes sociales al pase. El problema es no poner fin a esta cadena de sucesos de imprevisibles consecuencias.
Ha habido pronunciamientos de autoridades en el lado español, ninguna en el lado marroquí. Europa, a pesar de que el conflicto ha surgido en su frontera sur, calla ante uno de los panoramas más críticos no solo en materia de seguridad sino también en un previsible estallido social.
Al gobierno de España le preocupa mas lo que pasa en Venezuela ( al igual que a los medios nacionales) que lo que pasa en su propia casa (España). Pareciera que Ceuta y Melilla estuvieran ya predestinadas a su suerte.
Lo está. Veamos en 2030 cómo está el tema
Y quién paga está inestabilidad .
Cómo estará el tema que hasta C. Eharri ha dejado de lado sus puntos de vista habituales, y piensa en algo más que el derecho a migrar de los vecinos y otras monsergas.
Y tú qué sabrás cuáles son sus puntos de vista, listo que eres muy listo. Escribe tú dando la cara y entonces debate.