La salida del Oratorio del Santísimo Cristo de la Flagelación, en la cofradiera calle Teniente Pacheco, volvió a ser uno de los momentos mágicos del Miércoles Santo. La primera ‘levantá’ de María Santísima de la Caridad fue contra los fanatismos y por la paz
La devoción que durante todo el año se respira en el interior del Oratorio del Santísimo Cristo de la Flagelación inundó ayer toda la calle Teniente Pacheco. Esta cofradiera callejuela volvió a vivir un Miércoles Santo mágico con una Ceuta que volvió a abrazar a los sagrados titulares de esta corporación cofrade.
Horas antes de la salida, los costaleros y los miembros del cortejo iban llegando al Oratorio cargados de emoción para acompañar a Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y María Santísima de la Caridad. En Teniente Pacheco, los costaleros iban haciéndose la ropa y atendiendo a las indicaciones de los capataces. Entre los últimos preparativos llegó la hora esperada, las siete de la tarde, momento en el que la Hermandad salía por la puerta del Oratorio mientras cientos de ceutíes se agolpaban en esta callejuela.
La salida del paso de Misterio fue espectacular, con una gran actuación de los costaleros, que iban capitaneados por Juan Francisco Bautista y Juan José Pereña como capataces, y los contraguías Manuel Pereña y Pedro Bernal.
Seguidamente, María Santísima de la Caridad salía desde el Oratorio acompañada por la Asociación Juvenil y Cultural de Música Bienmesuena, de El Saucejo (Sevilla). Uno de los momentos más emocionantes de la salida de la Virgen se produjo cuando el capataz, José Manuel Agustín, ordenó la primera ‘levantá’ en la calle por las víctimas del fanatismo, para que se acabe la locura del terrorismo y haya paz en el mundo y, sobre todo, entre las religiones. Los fieles que se agolpaban en esta calle dedicaron un cálido aplauso a los costaleros.
Si bonita fue la salida de los pasos, el resto del recorrido no lo fue menos, demostrando las cuadrillas el trabajo realizado semanas atrás y meciendo los pasos al son de las bandas, que demostraron su buen hacer.
Esta corporación cofrade demostró su seriedad y buena organización en las céntricas calles ceutíes, presentando un importante número de nazarenos que llevaban túnicas blancas con escapulario y cíngulo azul, y también de mantillas. Además, formaron parte del cortejo numerosos niños vestidos de acólitos. Junto a los titulares iban también efectivos del Regimiento de Caballería Acorazada ‘Montesa nº3’.
Así, esta corporación cofrade realizó una buena Estación de Penitencia al llegar al ecuador de la Semana Santa, demostrando que hay motivos para quedarse en Ceuta y disfrutar de sus hermandades.