En esta colaboración pretendo exponer en primer lugar, debido a la celebración el día 11 de Junio (Jueves) la festividad del “Corpus Christi”, por un lado, una breve reseña del origen del “Corpus”, y por otro, el saber la historia de tres celebraciones importantes del Santísimo en nuestro país, que corresponden a las ciudades: de Granada, Sevilla y Toledo. Y hacer algunas anotaciones de las obras de arte de sus respectivas “Custodias”. Y con respecto a Granada, este es el primer año que la procesión del Corpus, ha quedado suspendida como consecuencia de la epidemia.
Me hubiera gustado incluir a nuestra tierra, pero me faltan algunas anotaciones que deseo confirmar, por consiguiente lo dejaremos para un capítulo aparte que se merece.
A fines del siglo XIII surgió en Lieja, un movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón, fundada en 1.124, por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres Eucarísticas, como ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de “campanillas” durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.
Santa Juliana de Mont Cornillón, por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. La Santa nace en Retines cerca de Lieja, agustinas en Mont Cornillón.
Desde joven, Santa Juliana tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haber intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.
Juliana comunicó estas apariciones a Mons Roberto de Thorete, el entonces Obispo de Lieja, y más tarde al Papa Urbano IV.
El Obispo Roberto se impresionó favorablemente y, como en ese tiempo los Obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus Diócesis, convocó un Sínodo en 1.246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; al mismo tiempo el Papa ordenó que un monje de nombre Juan escribiera el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterín.
El Papa Urbano IV, por aquel entonces, tenía corte en Orvieto, un poco al norte de Roma. Muy cerca de esta localidad se encuentra “Bolsena” donde en 1.263 o 1.264 se produjo el “Milagro de Bolsena”: un sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real. Al momento de partir la “Sagrada Forma”, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando en seguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en “procesión” a Orvieto el 19 de Junio de 1.264. Hoy se conservan los corporales – donde se apoya el “Cáliz y la Patena” durante la Misa . en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena, manchada de sangre.
El Santo Padre movido por el prodigio, y a petición de varios Obispos, hace que se extienda la fiesta del “Corpus Christi” a toda la Iglesia por medio de la bula “Transiturus”.
Se promulga una recopilación de leyes – por Juan XXII – y así se extiende la fiesta por toda la Iglesia.
Lieja (Bélgica), según se cree, fue la primera ciudad en celebrar el “Corpus”, desde el año 1.246
Ninguno de los Decretos habla de la “procesión” con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de Indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, y se hicieron bastante comunes a partir del siglo XIV. En España la fiesta fue acogida casi inmediatamente.
La peste bubónica de 1.679, el cólera de 1.834 y 1.835, el cólera morbo de 1.885 o la temida gripe de 1.918 y 1.919, no impidieron la celebración del “Jueves” más grande de la ciudad. Ni siquiera la Guerra Civil.
No obstante el pasado 21 de Abril de 2.020 se conoció la noticia por la cual el Ayuntamiento y la Federación de Asociaciones de Casetas tradicionales de Granada acordaron “suspender” la celebración de las fiestas del Corpus 2.020.
No ha sido la única vez en la que no ha podido celebrarse por las calles esta primera procesión Sacramental granadina con más de 500 años de antigüedad, cuando los Reyes Católicos la implantan junto al Arzobispo Hernando de Talavera tras la rendición de Granada, por parte de los musulmanes. Según el historiador del arte para el patrimonio histórico, David Rodríguez Jiménez – Muriel, hasta ahora la procesión del “Corpus Christi”, no ha podido celebrarse “ en seis ocasiones anteriores”, siete con la presente, la peste bubónica de 1.679, el cólera de 1.834 y 1.835, el cólera morbo de 1.885 o la temida gripe de 1.918 y 1.919 no fueron la causa, de la suspensión, sino los climas bélicos,
Los Reyes Católicos en la Célula Real en 1.501 establecía la festividad del Corpus Christi como fiesta mayor de la ciudad de Granada, en su afán de cristianizar la ciudad y para que no se viera con malos ojos el permitir a los moriscos vivir a los pies de la Alhambra
Una fiesta de origen cristiano – europeo que llegó antes a Barcelona, Lérida o Valencia, incluso Málaga que la celebró antes que Granada (1.490). Y es que, no fue hasta la reconquista del Reino de Granada cuando llegó esta fecha a la ciudad.
La invasión francesa de 1.810 y 1.811 y los cuatro años de la II República, fueron culpables de que no hubiera “Procesión” del “Jueves” grande de Granada.
La actual “Custodia” que recorre las calles de Granada en la procesión con motivo de la Solemnidad del “Corpus Christi” es el resultado de una serie de adiciones, modificaciones y complementos. Su parte más antigua es el “templete” de planta hexagonal con chapitel – única parte que subsiste – de la Custodia gótica que en 1.501 regaló la reina Isabel la Católica-
Comenzando por el pie de la Custodia, su basamento hexagonal. Es obra del platero de fábrica Francisco Téllez, documentado desde 1.531 a 1.569, quien realizó varias intervenciones en esta pieza. Una de ellas la sustitución de su primitivo pie por este basamento de forma hexagonal.
Sobre el basamento hexagonal, la cúpula, trabajo igualmente de Téllez con doble función. Por una parte, equilibra el basamento con el resto superior de la pieza; por otra, establece una relación de continuidad entre la obra original y la obra nueva. En esta cúpula, el escudo de los Reyes Católicos. El templete de planta hexagonal con chapitel: es la parte más antigua y la única que subsiste de la Custodia gótica. Como remate la estatuilla de la virtud Teologal.
Mostraremos una fotografía de dicha custodia.
Las noticias sobre la primera procesión del Corpus en Sevilla son de las más antiguas, pues se sitúa en la época de Alfonso X, pero no hay base documental que la sustente. Mucho más fiable es la afirmación de Ortiz de Zúñiga que fija la cantidad gastada por la ciudad, en la celebración de 1.389, en “setenta y nueve mil maravedís”, suma para aquel tiempo considerable.--, tan antigüo es esmerarse en Sevilla en esta festividad. Lo que quiere decir que fuese el primer año que se celebra, como se ha interpretado en algunas ocasiones.
La primera referencia de una Procesión Eucarística, se ha documentado en 1.363, contenida en el “Libro de Cargo y Data de la Catedral de Sevilla en que se dice”: dieron para cubrir la tabla en que anda el arca del Corpus Christi, doce marcos de plata. Esta noticia tan escueta lo único que demuestra es que la Eucaristía iba en un “arca” que se utilizaba para la “Procesión”, y cuya mesa o andas iban cubiertas de plata. Pocos años después, durante el gobierno del Arzobispo Pedro Gómez Barroso, entre 1.379 y 1.390, sobrino del mencionado de Toledo del mismo nombre, debió enriquecer la procesión, pues entre las donaciones que hizo a la Catedral, figura la llamada ”taza” de San Fernando, que Loayssa llama “taza de viril”, y que pudo ser quizás el recipiente para contener la “Eucaristía” durante la Procesión.
Ya en el siglo XV, la fiesta del “Corpus Christi” en Sevilla era modelo de fiesta de exaltación y prestigio. El centro lo ocupa como es natural, el “Cuerpo de Cristo”, contenido en un arca, llevada sobre andas, (tablero sostenido por dos barras horizontales y paralelas que sirve para el transporte de imágenes) como el arca de la alianza que luego en 1.587, es sustituido por la Custodia procesional. En 1.477 asiste a la fiesta del Corpus de Sevilla la Reina Isabel la Católica.
Es una de las Custodias procesionales más importantes, por su factura artística y su programa iconográfico, siguiendo las orientaciones del Concilio de Trento con la exaltación de la Eucaristía
Fue encargada por el canónigo Francisco Pacheco en nombre del Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, al gran orfebre que la realizó Juan de Arfe y Villafañe (León, 1.535 -Madrid 3 de Abril de 1.603) en 1.580. Fue un orfebre español. Estaba especializado en platería. Provenía de una familia de orfebres de origen alemán. Sus obras más conocidas son las Custodias, asiento de las Catedrales de Sevilla, Valladolid y Ávila Éste describió la Custodia de esta manera: “es la mayor y mejor pieza de plata que de este género se sabe”. Es toda de plata en su color, y mide tres varas y media ( medida de longitud inglesa, que desde 1.959 ha sido equivalente a exactamente a 5`092 metros) alta más la cruz que la corona, y pesa 113.613 gramos, es decir (113 Kg. Y 613 gramos).
La planta de la Custodia es circular, y presenta cuatro cuerpos, en los que se suceden las columnas de orden jónico, corintio y romano, que ascienden por los tres primeros. En el primer cuerpo está representada la “Iglesia Militante”, en 36 escenas tomadas del Antigüo y del Nuevo Testamento, con la imagen de La Inmaculada en el centro. En el segundo cuerpo está el “viril”(consiste en un habitáculo de cristal y redondo, decorado con metales y piedras preciosas, destinado a contener la “hostia” y que se coloca en la parte superior central de la Custodia) con el Santísimo, y en el tercero la Iglesia Triunfante con el cordero en el centro. En el más de arriba la Trinidad, todo coronado por la imagen de la Fe, con la silueta de la Giralda. Adjuntamos su fotografía.
La primera Custodia que tuvo la Catedral de Sevilla, se debió al mecenazgo de Juan Martínez de Vitoria, mayordomo que ocupó el cargo antes de 1.433, fecha en que murió.
La fiesta del Corpus con su “Solemnísima Procesión”, en sus orígenes nos atenemos a la tradición que viene sosteniendo que, en 1.280 Alfonso X el Sabio ya presidió una “Procesión del Corpus” en Toledo, aunque no hay indicios documentales sobre ello. Según los documentos que se conservan, solo puede afirmarse que fue ya en el siglo XIV, concretamente en su primer tercio cuando la fiesta del Corpus y su procesión es mencionada y aludida en España. El Papa Urbano IV la había instituido en 1.264 por la bula “Transiturus”. La cristiandad la fue adaptando gradualmente. En Toledo la definitiva aclimatación de la Fiesta del Señor (entonces así se llamaba Corpus Domini), tuvo lugar durante el episcopado del Arzobispo D. Jimeno de Luna (1.328 n—1.337).
Por entonces, y más concreto en 1.338, ya poseía la Catedral Primada una espléndida Custodia, la primera que se tiene noticia, por cierto inventario conservado en el Archivo Catedralicio. Estuvo en uso hasta que desapareció en 1.521 en la “Guerra de las Comunidades”.
Estos datos revelan que, desde el establecimiento de la Fiesta del Corpus en Toledo, la Catedral Primada se esmeró cuidadosamente para celebrarla con el mayor esplendor.
Hay que resaltar sin duda alguna, el mayor servicio artístico que la Catedral de Toledo, sus arzobispos y su clero capitular, han hecho a la “Procesión del Corpus”, y a mayor honra y esplendor del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, ha sido a lo largo de la historia la “Custodia de Enrique Arfe.
Sin duda, el mayor servicio artístico que la Catedral de Toledo, sus arzobispos y su clero capitular, han hecho a la “Procesión del Corpus”, y mayor honra y esplendor del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, ha sido a lo largo de la historia la “Custodia de Enrique de Arfe”.
El Cardenal Cisneros convocó un concurso de proyectos, y Enrique de Arfe, orfebre alemán había venida a España en el séquito de Felipe el Hermoso, y fue designado para fabricar la Custodia. Tardó ocho años y medio en terminar la obra entre 1.515 y 1.524.
El resultado fue una elegantísima torre gótica, un inoxtricable laberinto de ojivas, de dos metros y medio de altura, construida a base de cinco mil seiscientas piezas y doscientas sesenta estatuillas articuladas entre sí, con unos siete mil quinientos tornillos. En su ejecución se emplearon 183 Kg. De plata, 18 Kg. de oro y numerosas perlas, esmaltes y piedras preciosas.
Toda esta arquitectura se cierra a media altura con una armónica cúpula gótica estrellada, conformándose así un primer cuerpo cuyo amplio espacio acoge el “Ostensorio” de Isabel la Católica con el “viril” de la Sagrada Hostia.
El llamado “Ostensorio” de Isabel la Católica, es la pequeña Custodia que, en 1.505 por encargo del Cardenal Cisneros, el canónigo toledano Alvar Pérez de Montemayor adquirió en la almoneda de los bienes de Isabel la Católica en la villa de Toro.
En 1.781 se construyó el trono en que actualmente la “Custodia es paseada por las calles de Toledo.
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