Entre los derechos que asisten a los usuarios del sistema sanitario del Ingesa en Ceuta, se encuentran el de “recibir una atención sanitaria, dentro de un funcionamiento eficiente de los recursos sanitarios disponibles”, así como, un “correcto funcionamiento de los servicios asistenciales”.
En el caso que les voy a exponer, ambos derechos se ven conculcados y lesionados hasta el punto de tener que exigir públicamente el cumplimiento de mis derechos como usuaria y como paciente (y bendita paciencia), habiendo utilizado con carácter previo a esta carta, las vías de reclamación que el Ingesa me ofrece.
Para contextualizar y hacer una narración expositiva de los hechos, que les ayude a elaborar una composición, les diré que soy una paciente oncológica. Parece triste y desalentador que los pacientes nos tengamos que poner el “apellido postizo” de lo que estamos sufriendo y padeciendo, pero es un ejercicio necesario para que puedan ustedes dimensionar y situar la narración en la escala de gravedad e ineptitud.
El pasado mes de febrero de 2024 en una revisión oncológica, la especialista, con muy buen criterio y profesionalidad, realizó una petición de diferentes pruebas y de una prueba de ecografía de abdomen completo (incluye renal). Me invitó a coger las respectivas citas para la realización de todas las pruebas solicitadas y me volvió a citar 6 meses después, como siempre, para mis periódicas revisiones.
La nueva cita era para revisión con el servicio de oncología, la tendría en el mes de septiembre de 2024. El mismo día que salí de la consulta, me dirigí al Servicio de Radiodiagnóstico, concretamente en su ventanilla de citas previas, para concertar la mía con el volante de solicitud de pruebas, solicitado por la Sra. Especialista de oncología. En dicha ventanilla, me informan que aún no se ha abierto la agenda para dicha prueba y que aún era muy pronto, añadiendo, que había tiempo de sobra hasta septiembre que era cuando tenía la cita para mi revisión de oncología.
Desde el mes de febrero hasta el mes de julio (prácticamente 5 meses) acudí habitualmente a concertar la cita de ecografía de abdomen en el servicio de pruebas de radiodiagnóstico y obtenía la misma respuesta (“agenda cerrada, hasta que no se abra, nada que hacer”). Iban pasando los meses, se acercaba mi revisión con el servicio de oncología y la “agenda cerrada”. Este es un término, que me llama poderosamente la atención, el de la “agenda cerrada”.
Algún futuro doctorado debería elaborar una tesis digna de cum laude, sobre la “agenda cerrada” sanitaria y su amplio campo semántico. Seguramente, encontrarían en el estudio y análisis, similitudes con el famoso ensayo de costumbres “vuelva usted mañana” de D. Mariano José de Larra.
Filología aparte y volviendo al caso que me ocupa y preocupa, efectivamente, llegó el día de la revisión (7 meses después) y ¡sorpresa!, el servicio de radiodiagnóstico no solamente no abrió la famosa agenda, ni me llamó en ningún momento, sino que quien suscribe acudió a su cita de oncología sin realizar la prueba prescrita siete meses antes.
Quien es enfermo oncológico, entenderá a la perfección lo que supone enfrentarse a una revisión oncológica y la importancia que conllevan las pruebas solicitadas para nosotros. ¿Se han enfrentado alguna vez en su vida a un examen importantísimo en el que se jugaban muchísimo y el resultado del mismo les iba a condicionar su vida? Pues los enfermos oncológicos cuando nos enfrentamos a una revisión en el servicio de oncología, esas pruebas realizadas son nuestra “nota”, con la única salvedad, que esas pruebas condicionan nuestra mortalidad o nuestra supervivencia.
De estas vitales pruebas, se nutren los especialistas y profesionales del servicio de oncología para elaborar y programar tratamientos, pruebas complementarias y sesiones para SALVAR VIDAS. Mi vida, al igual que la del global de los enfermos y enfermas, no puede estar supeditada a “las perpetuas agendas cerradas”, ni a demoras soporíferas que nos sumen en el letargo del cansancio y hastío.
Soy una simple paciente y ciudadana, no entiendo ni de gestiones sanitarias, ni de recursos y medios, ni tampoco de política. Bastante tengo con luchar por mi supervivencia y enfrentarme a un cáncer e intentar ganarle la batalla.
A los señores y señoras responsables, que tienen la llave de esa famosa agenda cerrada, si no se les cae la cara de vergüenza al leer estas líneas, en las que una enferma oncológica, siete meses después de una solicitud de prueba, habiendo asistido a una revisión oncológica sin la prueba hecha, que ha acudido hoy mismo, de nuevo al servicio de radiodiagnóstico y le han vuelto a decir “agenda cerrada”.
Si ante todo esto, no se les mueve ni un ápice de conciencia y responsabilidad, entonces, definitivamente la gestión sanitaria en Ceuta se ha deshumanizado y los pacientes hemos pasado a ser meras piezas de ajedrez en el tablero de la anestesia colectiva.
Les invito a elaborar un plan estratégico basado en una sencilla fórmula: hacer las cosas bien, simplemente.