La familia del estudiante de 13 años del
IES Abyla que la semana pasada fue
grabado golpeando a una compañera en las inmediaciones del instituto ha trasladado este lunes en sede judicial a la
Fiscalía de Ceuta, que ha archivado el caso al no alcanzar el chico la edad mínima de exigencia de responsabilidad, que la realidad de los hechos tras la agresión difundida en redes sociales es diametralmente opuesta a la que se ha divulgado y que en realidad su hijo es el acosado. Según han indicado los padres del alumno, que prevén trasladar esa misma posición a los miembros del equipo directivo del centro escolar del que ha sido expulsado durante cinco días, fue la joven “un año mayor” la que “instó a varias amigas a grabar con sus
teléfonos móviles sus provocaciones” antes de que el niño se “revolvió”, el momento que aparece en las imágenes conocidas. Los progenitores del joven han aportado un parte de lesiones y han alertado de las “amenazas” que ha recibido a través de su teléfono móvil. También han dado cuenta de la existencia de “percances” anteriores en los que el niño habría sido el “agredido” y la víctima de “insultos, empujones, etcétera”.
Activación del protocolo de acoso escolar
“No es el chico el que pidió o permitió que se grabase cómo golpeaba a la compañera de instituto, sino al revés, seguramente porque creían que no se iba a revolver”, han indicado los allegados al menor. Según la denuncia presentada ante la
Jefatura Superior de la Policía Nacional por la madre de la chica golpeada, en el interior su compañero de clase la advirtió de que 'te voy a ver en la puerta cuando salgas' y que así se habría fraguado la agresión. De acuerdo con su testimonio, otros jóvenes grabaron la escena con un teléfono móvil gritando 'no pares, no pares, dale, dale'. El grupo de investigación policial especializado en estos hechos (UFAM) informó el viernes pasado de la identificación del joven señalado como agresor y la Dirección Provincial del
Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) ha anunciado sin más detalles la activación del protocolo de acoso escolar para “dirimir si se trata de una pelea aislada o no” y actuar en consecuencia.