La Policía Local difundía esta misma semana los datos de sanciones interpuestas en solo un mes. Casi 1.500 multas y la amplia mayoría relacionadas con malos comportamientos al volante. Bien porque se estaciona incorrectamente, porque no se respetan las señales o porque se conduce de manera imprudente.
Son estadísticas que muestran solo una parte de lo que se ha sorprendido, porque quedan en el aire múltiples comportamientos incívicos que sortean los controles aleatorios. La pasada madrugada, el dueño de la terraza ‘Las Balsas’ se desayunó con parte de su negocio destrozado por culpa de un conductor.
De la noche a la mañana ha visto cómo la terraza que montó, con todos sus papeles en regla, que levantó con todo su esfuerzo, ha quedado reducida a un amasijo de hierros. Ahora comenzará una auténtica batalla de papeleos, denuncias, seguros, búsqueda de causas que han originado esta situación... pero él, de momento, se ha quedado sin su terraza.
¿Qué protección tenemos ante casos de este tipo? Sí, nos puede ocurrir a cualquiera, ¿pero cuántos ‘milagros’ tenemos registrados en nuestras vidas relacionados con conductores que no tienen respeto alguno a las normas?
Cuando nos ponemos al frente de un vehículo debemos ser conscientes de que estamos ante una máquina que, manejada de forma imprudente, puede causar consecuencias trágicas. Nos olvidamos de estas hasta que se producen. Las campañas que ha llevado a cabo la Dirección General de Tráfico con vídeos impactantes no terminan causando el efecto debido entre quienes no muestran pudor alguno con sus comportamientos.
Incurren en maniobras fuera de lo permitido, no respetan la mínima convivencia y terminan dando pie a situaciones adversas. De la noche a la mañana tu vida cambia, bien porque has perdido parte de tu negocio o porque han arrebatado la vida a un ser querido. La irresponsabilidad arrastra una sombra perversa de la que parece no queremos darnos cuenta.