Acefep no tendrá que lidiar más con las estrecheces, la lluvia que se filtraba desde las alturas cuando a las nubes les daba por descargar agua, ni con las humedades posteriores.
La Asociación Ceutí de Familiares y Personas con Enfermedad Mental sorteará a partir de ahora ésos y otros obstáculos en su nueva sede de la Plaza Rafael Gibert, un espacio por el que ha batallado durante los últimos meses y que ayer presentó en sociedad.
María del Carmen Barranco, la presidenta, reconocía a sus invitados que la de ayer era una “jornada especial” en su recién estrenada casa. Atrás queda ya “un feliz embarazo y un feliz parto”, en referencia al trayecto que les ha llevado desde las instalaciones provisionales de los bajos de la Marina hasta las actuales, las que en su día ocupó la Residencia de la Juventud. Una adiós a “la humedad, las flores que salían por las paredes y las escayolas que se caían”, celebraba. Junto a ella, su junta directiva –incluida la gerente, Ana Belén Núñez– y miembros del Comité de Personas con Enfermedad Mental, además del director territorial del Ingesa, Fernando Pérez Padilla, y de representantes políticos y de otros colectivos sociales.
Las nuevas instalaciones se distribuyen en torno a un salón que acogerá el grueso de las actividades. Una de las monitoras explicaba cómo en el antiguo local, por ejemplo, era imposible que el grueso de los alumnos participase al mismo tiempo en el taller de pintura, ya que sus reducidas dimensiones impedían desplegar todos los caballetes. Junto al espacio de trabajo y ocio, los equipos informáticos con conexión a internet, una herramienta básica para los talleres de fomento de la memoria. Tampoco falta una cocina en la que los alumnos aprenden a moverse entre fogones, una actividad “fundamental”, en palabras de Ana Belén Núñez, ya esa simple tarea se convierte en uno de los principales quebraderos de cabeza de las personas con enfermedad mental cuando sus padres fallecen y deben enfrentarse al día a día.
En la sala anexa, mientras Barranco mostraba las instalaciones, el grupo de alumnos asistía a una de las clases del taller de salud mental, apoyado en recursos multimedia y con cuestiones de salud, habilidades sociales e incluso sexualidad como ejes. Una merienda – “aquí no tomamos alcohol”, advertía la presidenta– ponía a media tarde colofón a una jornada de estreno.