Se llaman Brull, Lili, Toro y Bea. Son canes del Servicio Cinológico operativos en Ceuta. Los cuatro han apoyado a Beto, el perro especialista llegado expresamente de Madrid, para completar el operativo extraordinario que estos días ha funcionado en García Aldave, convirtiendo el lugar en una segunda comisaría para dar con los restos de Mohamed Alí.
Estos perros policía han sido el complemento necesario para los demás agentes desplegados para alcanzar un objetivo que se había erigido en lo prioritario para la Policía Nacional. Sin ellos, sin su olfato, todo habría sido mucho más complicado. Ellos tienen su historia de formación que pusieron en práctica en la que sin duda ha sido la operación más especial y relevante para todos ellos.
Brull salió de la calle. La Policía lo adoptó en la protectora de animales y lo formó en búsquedas. Es un perro joven pero también estuvo apoyando a sus compañeros más grandes, con su jovialidad e ímpetu, para poner su granito de arena en esta búsqueda.
Bea y Toro, dos canes a las órdenes del mismo guía, también estuvieron apoyando el operativo porque sumar era el único verbo posible. Lo hicieron junto a Lili, una can formada en la búsqueda de explosivos, que también quiso respaldar al operativo con sus aportaciones.
Y junto a ellos, encabezando el equipo de esta patrulla canina, Beto. El can especializado en la búsqueda de restos humanos que fue enviado expresamente desde Madrid. Porque la Policía de Ceuta no ha estado sola en esta operación. Desde la central se ha atendido la petición extraordinaria de recursos, teniendo previsión de ofrecer incluso más apoyos si hubiera sido necesario, si no se hubieran dado con los restos.
Beto se desplazó a Ceuta nada más conocerse que se iba a rastrear todo la zona marcada como escenario del crimen y que por tanto se estaba ante un caso nada común. Durante su viaje la cuadrilla de Tragsa desbrozaba el lugar a contrarreloj para evitar que el can sufriera daños y tenerlo todo dispuesto. Junto a su guía la agente Verónica Cardenal, quien a Beto le llama Benji, estuvo todos los días reconociendo la zona.
Estos perros policía tienen también su reconocimiento porque han sido el complemento idóneo necesario en operaciones extraordinarias donde las limitaciones físicas de los humanos requieren de un olfato y una sagacidad que solo ellos pueden evidenciar. La combinación de ambos –humanos y canes- les convierte en un bloque infalible.
Beto ha sido formado en búsqueda de restos humanos, siguiendo una preparación específica y trabajada. Es un auténtico especialista, un espejo en el que los demás canes pueden mirarse. En estos días todos ellos han sumado al trabajo común y al alcance del único fin pretendido: que Asma, la madre de Mohamed Alí, pudiera conocer la verdad. Como ella dijo en declaraciones a este periódico, ahora sí “ha salido a la luz”.
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