Dos años de prisión es la pena a la que se enfrenta S.L. por un delito de robo con fuerza que se produjo en la vivienda en la que esta mujer, de nacionalidad marroquí, trabajaba como empleada de hogar y del que, supuestamente, sustrajo joyas por valor de 50.490 euros.
Según declaró la propietaria de la vivienda, S.L. había dejado de trabajar unos meses antes de que descubriera la desaparición de las joyas, las cuales se encontraban en una caja fuerte en el interior de un armario que únicamente se empleaba para guardar documentos.
Al regresar de un viaje, la afectada descubrió la desaparición de las joyas, entre ellas varios broches (uno de ellos con la bandera de España elaborado con rubíes y topacios), un reloj Rolex y tres colgantes de oro, entre otros. Durante su testimonio, quedó constancia de que nadie, aparte de su dueña, poseía llaves de la vivienda, aunque el ladrón entró sin forzar la cerradura y, por tanto, empleando una llave.
Por su parte, la acusada aseguró que se vio obligada a abandonar el trabajo para hacerse cargo de su madre enferma en Tetuán, de donde es oriunda S.L. y que, tras la muerte de su progenitora, la propietaria de la vivienda no le permitió reincorporarse a su trabajo.
Tras recibir una llamada en su domicilio de la Policía requiriendo su presencia en nuestra ciudad para la investigación de un delito, S.L. se presentó voluntariamente en la Comisaría.
La acusada negó conocer la existencia de una caja fuerte, además de confirmar que no tenía llaves de la casa, ya que era la propietaria quien le abría la puerta.
La Defensa de S.L. apuntó a la inexistencia de pruebas que demostraran que se había cometido un delito y señaló a un posible “delito de denuncia falsa” por parte de la propietaria del inmueble, por lo que solicitó a la magistrada la deducción de testimonio para investigar lo que el letrado denominó un “caso extraño y lleno de contradicciones”.