Ayer, cien alumnos y alumnas de Enfermería comenzaron su periodo de prácticas tanto en el Hospital Universitario como en los centros de salud. Sangre nueva que viene a aportar su juventud y sus ganas y que serán guiados por personal con experiencia para que se cumpla con el ciclo formativo que siempre mejora con el trabajo sobre el terreno. Son alumnos con ilusión que dan sus primeros pasos en lo que será su profesión.
Sin embargo, a veces esta ilusión se ve ensombrecida por las condiciones con las que luego se encuentran. No es un secreto que los profesionales del Ingesa se quejan de los agravios comparativos que sufren en relación a otros sistemas de salud, por no hablar de la sobrecarga de trabajo a la que se ven sometidos muchos los profesionales, independientemente de su categoría.
El hecho de estar en el último lugar de la sanidad no gusta y tampoco atrae a estos profesionales que, con ganas e ilusión, salen de la carrera dispuestos a dar todo lo que tienen. Hay que hacer más al respecto y que esta ilusión no se desvanezca, como así ocurre, por ejemplo, con los MIR, que no ven Ceuta como un lugar atractivo para realizar su residencia.
Pero no se les puede culpar, sobre todo si los mismo profesionales ya consolidados tampoco se declinan por quedarse en Ceuta para ejercer su profesión. A la vista está la experiencia que hemos tenido este año con los especialistas, que en algunos casos ni siquiera han terminado el mes de contrato en nuestra ciudad.
Ceuta, y sobre todo el Ingesa, debe atender a estas señales, porque lo que hay que buscar son incentivos para que los profesionales sanitarios se queden aquí y den lo mejor de ellos mismos. Tenemos buenos profesionales trabajando en Ceuta, de eso no hay duda, pero necesitamos más, se necesita tener plantillas bien cubiertas para que la calidad asistencial, nuestra sanidad, no se vea resentida por la falta de personal.