Creo que se nos están poniendo las cosas muy claras y amén de otros factores, aunque de menor repercusión, estamos conociendo, un poco tarde quizás, quienes son los potencialmente culpables de los malos momentos que estamos viviendo los ciudadanos de este país. Nunca he dudado y siempre he estado convencido, desde mi punto de vista, claro está, que la gestión de nuestros políticos en la administración de los bienes públicos no ha sido la más acertada, y desde luego muy perjudicial para el conjunto de los ciudadanos, a los hechos y al estado en que nos encontramos me remito.
La clase política, a la que los ciudadanos le hemos depositado toda nuestra confianza para que tenga el poder y la influencia para gobernarnos de forma honesta, responsable y fructífera, no está respondiendo para nada a las expectativas. Ellos son los únicos responsables subsidiarios del bienestar del pueblo que gobiernan, y para gobernar con mayor acierto creo que son factores fundamentales la vocación, la preparación, y la imprescindible HONESTIDAD, así, con mayúsculas, porque es la base de la convivencia de las personas. La honestidad está íntimamente ligada a la verdad, la justicia y la integridad moral de las personas y debe ser el mínimo requisito autoexijible de una persona que se preste dirigir los destinos de un pueblo.
Quiero destacar en este artículo la HONESTIDAD con mayúsculas, porque a la vista de los desafortunados descalabros sociales que de forma progresiva estamos padeciendo, como castigo o penitencia por nuestro mal comportamiento, no siendo éste, otro que comprar una casa para vivir, un vehículo para desplazarnos y comer y vestir cada día, al parecer pecados capitales por los que tenemos que penar.
NO SOMOS CULPABLES los ciudadanos del estado actual de la economía del país, solo hemos gastado lo justo para llevar una vida digna y acorde con los momentos de progreso que nos ofrecían nuestros gobernantes. La verdad que estábamos bien, nos adaptábamos a lo que ganábamos y gracias a los Presupuestos Generales del Estado, que también es dinero de los ciudadanos, teníamos sanidad, justicia y escuelas para nuestros hijos.
Pero que ocurrió, pues nada, que de repente, nuestros gobernantes, se dan cuenta de que se han dormido en los laureles jugando a las maquinitas, leyendo revistas del corazón o echándose una siesta y otras chorradas, en vez de cumplir con la confianza depositada en ellos. ¿ Y cual ha sido el resultado de tan irresponsable comportamiento, pues que han hecho mal su trabajo a lo largo del tiempo. Han administrado mal los dineros que hemos depositado en ellos, amén de los que se han llevado a sus bolsillos los políticos corruptos, que por cierto, estos deben ser encarcelados, para que exista la sensación de que la justicia es igual para todos.
Como consecuencia de la mala gestión de estado y para corregir sus errores en lo posible, los políticos se quitan el sueldo y las dietas. Perdonen es broma, he querido decir: Dejan a infinidad de familias sin trabajo, sin viviendas, sin justicia, sin sanidad, sin maestros en los colegios, nos suben más los impuestos, las tasas de las universidades, licenciados emigrando a otros países, recortan la investigación, los sueldos, las ayudas a los desamparados, etc…
En fin, un caos. Han sumido a multitud de familias en la miseria y en la desgracia. Tendrán que pasar muchos años para que puedan levantar cabeza.
Entiendo que la clase política que nos gobierna no ha cumplido con gran parte de su trabajo, entre otros dirigir, administrar y controlar, sobre todo controlar a la corruptela política que nos embarga, que desafortunadamente cada vez es mayor, y a su entorno; este control es fundamental, dedíquenle su tiempo, son ellos los que sin escrúpulos, en gran parte, culpables del desastre; no olviden esto los políticos que aún quedan HONESTOS con mayúsculas, que haberlos áilos.