Desde los Juegos Olímpicos Modernos en Atenas en 1896 que fueron restablecidos en su aspecto deportivo por el Barón Pierre de Coubertin y hasta la actualidad, nadie había hecho tanto por el movimiento Olímpico que Juan Antonio Samaranch Torelló, fue elegido Presidente del COI en la 83ª Sesión del Comité Olímpico Internacional celebrada en Moscú, previa a los Juegos Olímpicos de 1980, celebrada entre el 15 y el 18 de julio de ese mismo año. Entre sus logros más importantes se le reconoce haber acabado con el boicot político a los Juegos Olímpicos que vino produciéndose en anteriores ediciones (1976, 1980 y 1984). Durante su mandato se permitió la participación de deportistas profesionales, lo cual estimuló un aumento en el nivel de competición de todos los países participantes. Otro de sus mayores logros fue sacar al movimiento olímpico de la bancarrota en la que se hallaba sumido al final de la década de 1970, cuando las ciudades empezaban a plantearse muy seriamente la rentabilidad de una candidatura. Samaranch concibió el patrocinio olímpico como algo global que se debía hacer desde el COI y no como hasta entonces desde la ciudad organizadora. En su haber está también el nuevo Museo Olímpico de Lausana.
Yo que tuve la suerte de conocerlo y hablar con él, en el verano de 1988, cuando yo era entrenador nacional de piragüismo de la Federación Española de Piragüismo en el programa “Operación 92”, en esa corta e intensa conversación pude comprobar en Samaranch la ilusión y el entusiasmo que tenia por el espíritu olímpico y en especial por la Olimpiada de Barcelona 1992.
Juan Antonio Samaranch Torelló, era un adelantado a su tiempo, un visionario, un diplomático genial, alguien dotado de mucha intuición, generador de equipos. Así es como define el mundo del Deporte, con mayúscula, a Juan Antonio Samaranch. «No hay mejor legado que el de Samaranch», señala
Jacques Rogge, presidente del COI. «Él adivinó el final del amateurismo, incorporó a la mujer, en los 80, a nuestro comité y estableció que las decisiones las debíamos de tomar en equipo». Para Rogge, la revolución de Samaranch tiene truco: considerar el amateurismo «una hipocresía», hacer que los mejores fueran a los Juegos, lograr grandes patrocinadores y disparar la venta de los derechos televisivos en todo el mundo.
No solo Rogge lamenta haber perdido a un gran amigo. También Joseph Blatter, presidente de la FIFA, lo dice. Y Michel Platini, máximo responsable de la UEFA. Y Lamine Diack, líder del atletismo mundial y presidente de la IAAF. «Fue valiente, protegió al deporte, difundió sus valores y lo convirtió en una virtud universal y, en 1996, apoyó decisivamente al fútbol femenino», recuerda Blatter. «Él nos enseñó a ser mejores dirigentes porque, por encima de todo, te guiaba como amigo. Fue él quien llevó el movimiento olímpico a la era moderna», indica Platini. «Si somos lo que somos en el siglo XXI, se lo debemos a Samaranch», sentencia el senegalés Diack.
«Si de algo no tengo duda es de que es un hombre irrepetible, digno continuador del barón de Coubertin». Josep Lluis Vilaseca, exresponsable de Deportes de la Generalitat y amigo personal de Samaranch, cree que se ha ido uno de los grandes. «Se anticipó 25 años a la globalización en el mundo del deporte. Fue él quien modernizó el COI y puso el deporte mundial al día».
«Samaranch asumió el liderazgo del movimiento olímpico en un momento en que estaba amenazado por el fracaso, lo modernizó y lo llevo a nuevas alturas», señala el alemán Thomas Bach, vicepresidente del COI. «Nos deja el gurú del olimpismo», opina José Luis Astiazarán, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. «Se va un auténtico innovador, un adelantado a su tiempo, el hombre más feliz del mundo al ver el auge actual del deporte español», dice Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte.
El deporte mundial esta de luto, la familia olímpica se ha quedado huérfano, todos los que en algún momento de nuestra vida hemos tenido relación con el mundo del deporte lo recordaremos siempre, seguro que haya en el cielo organizara los primeros juegos olímpicos con los angeles.