El Ceuta disputó ayer un encuentro amistoso ante el Betis en el estadio Benito Villamarín a puerta cerrada en el que siguió con su preparación de cara al choque del fin de semana ante el Cacereño, correspondiente a la décimo tercera jornada del Grupo IV.
El duelo terminó con un marcador de 0-2 favorable al Ceuta. Optimismo confirmado tras un choque igualado entre ambos conjuntos, con numerosos cambios en los equipos y con la certeza de que todos sacaron un beneficio de este amistoso.
El Betis jugó con casi todos sus hombres importantes, además de la presencia de algunos menos habituales y futbolistas del filial, mientras que Sergio Lobera saltó al césped con un once sin demasiadas novedades, aunque con la presencia de Chapi en el carril derecho y de Gerard en la zona de media punta junto a Añete y Diego Segura.
Más allás de las probaturas, cabe destacar el buen nivel de jugadores menos habituales como Gerard, que salió de inicio en la cita del Villamarín.
La igualdad del choque estuvo reflejada en el marcador hasta el tramo final del encuentro, en el que el Ceuta estuvo más acertado que su contrincante. Ahí apareció Aitor, en el minuto 80 para poner a los suyos por delante, mientras que Philippe Toledo puso la sentencia a tres del final.
Ninguna conclusión definitiva puede sacarse de este partido, aunque sí una renovación de la ilusión de un Ceuta que confirma su buen momento de juego y mira ya a su cita de Segunda B para volver a soñar con recortar puntos a la cabeza de la clasificación.
El choque disputado a puerta cerrada en el Villamarín reflejó la fortaleza moral del conjunto de Sergio Lobera, que supo competir ante un equipo de máximo nivel sin mostrar carencias que en ocasiones aparecen en sus choques ligueros. Los pies en el suelo,de cara a afrontar la única realidad existente: el Cacereño.