El Consejo de Ministros dio el paso en esa lucha contra los narcos, aprobando el anteproyecto de ley que prohibirá el uso privado de las narcolanchas. Queda mucho camino por recorrer todavía para terminar con el veto absoluto al empleo de estas semirrígidas, pero en ello se está. Ya el Gobierno del PP anunciaba que trabajarían en este objetivo que ahora ha plasmado el del PSOE en un compromiso político claro. Es evidente que nadie tiene una lancha de estas características para disfrute personal, para diversión, para pescar...
Por sus características son las ideales para el tráfico de drogas a gran escala y es algo que se está demostrando a diario en el Estrecho, con salidas constantes de estas unidades cargadas hasta arriba de hachís. Algunas han podido ser interceptadas con la mercancía pero en otros casos no se ha llegado a tiempo, existiendo además semirrígidas que se dedican a frenar la acción de las fuerzas de seguridad.
No se puede tener miramiento alguno hacia este mercado, ni tampoco dejar huecos en el camino que permitan hacer fuertes a los narcotraficantes. Por eso toda acción que ayude a combatir este mercadeo es poca. Urge además una labor contundente contra el blanqueo de capitales, contra el negocios, las propiedades y el dinero que manejan las personas que están detrás de este tráfico. Es ahí donde deben redoblarse los esfuerzos hasta el límite, sin permitir que hoy por hoy los narcotraficantes puedan burlarse no solo de las fuerzas de seguridad sino de toda la sociedad de bien.