Después de la protesta silenciosa y a la vista del escaso éxito de las reivindicaciones, el asociacionismo castrense de España aúna voces y pone el grito en el cielo contra el Ministerio de Defensa: ¡Basta ya!, de tal manera han titulado la campaña.
“Los destrozos que la Ley de la Carrera Militar”, señalan desde la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) y que son palabras secundadas por el resto de organismos, “ha ocasionado a las carreras profesionales de miles de militares, habían tenido un callado pero manifiesto reproche de hartazgo y de decepción con aquellos que tuvieron responsabilidad directa en la comisión de semejante bodrio legislativo. Los dos grandes partidos alternantes del poder, junto con los informantes o consejeros del Ministerio de Defensa, pergeñaron la peor de todas las leyes de personal que los militares han tenido en los últimos 30 años”, aseguran, para añadir acto seguido que “hacía falta un cambio de modelo de enseñanza y se aprovechó para cambiar el modelo de carrera, pero por el camino se han truncado miles de carreras sin que hubiera necesidad de ello. Y lo que es peor, han dejado sin expectativas de progreso a miles de militares cuyo único delito ha sido el estar en el lugar menos adecuado y en el peor momento. ¿Qué necesidad había de ello?”, se preguntan desde Aume, con una importante delegación en nuestra ciudad.
Entre los problemas que, según entiende la asociación ha ocasionado la política de Defensa, se encuentran agravios con los militares en activo mediante una serie de premios a militares que habían abandonado la carrera más de una década atrás; uniones de escalas sin tener en cuenta las trayectorias y la experiencia; o retenciones a compañeros de promociones que sí ascendieron con el sistema antiguo.
Por último, el asociacionismo entiende que “son muchos” los problemas con los que día a día los militares tienen que convivir, pero señala que “se comienza a tener consciencia sobre la necesidad de estar unidos para la defensa de nuestros intereses y la resolución de aquellos”. No obstante, Aume advierte que “las capacidades democráticas que se han conseguido para luchar para las reivindicaciones justas pueden verse truncadas mediante las leyes que se preparan –disciplinaria y penal– pues sus textos amenazan con debilitar esta incipiente participación democrática”.