El entorno del Tarajal se volvió a convertir ayer en un punto donde sólo reinaba el caos. Desde primera hora de la mañana empezaron los problemas de fluidez para recrudecerse en la tarde, con retenciones kilométricas que provocaban la desesperación de los conductores. La queja se escuchaba al unísono: “¿Dónde está la autoridad para poner orden?”.
Y es que durante las horas de espera los afectados no vieron ningún tipo de actividad o intención de normalizar la situación del paso.
Mientras que durante la mañana de ayer se celebraban las modificaciones en el paso de mercancía de porteadores, que vendrán a mejorar la dignidad de estos trabajadores, por la tarde era el paso de vehículos el que dejaba la misma imagen de descontrol y de falta de organización, ya característica de la frontera.
Sin presencia de las fuerzas de seguridad, con colas kilométricas, conductores enfadados y una frontera inoperativa, el Tarajal sigue siendo un lastre para Ceuta.
No son pocos los colectivos que ya han puesto el grito en el cielo para denunciar esta situación, pero el tiempo pasa y lo único que la ciudad obtiene son promesas de mejora a largo plazo, pero no una solución inmediata que evite que día tras día, este punto de conexión con Marruecos, la frontera sur entre la Unión Europea y África, deje de ser el epicentro de un caos que deja en evidencia las nulas ganas que hay, entre ambos países y la comunidad internacional, en solucionar un problema cuyas principales víctimas son los ciudadanos que sólo quieren atravesar un paso fronterizo.