Ceuta lleva años, toda una vida aspirando a disponer de un edificio judicial digno. No se pide mucho, simplemente una infraestructura que sirva para concentrar distintos órganos judiciales y hacerlo teniendo contentos a todos. Hace justo un año que debía haberse inaugurado el edificio del Banco de España reconvertido en sede judicial. No es que no se haya dado ese paso sino que, peor aún, ni siquiera se informa de lo que está pasando o de las incidencias detectadas. Eso de la transparencia debida de la administración al ciudadano cae por su propio peso, tanto que conforme se hacen anuncios relativos a esta actuación se van incumpliendo.
Los trabajadores del sector se merecen algo más que una situación digna de culebrón, se merecen unas instalaciones acordes pero sobre todo información de lo que está pasando, de los plazos y de por qué todavía el Ministerio no ha cumplido con la advertencia de la Inspección de Trabajo sobre el edificio que ocupan los juzgados de lo Social y Contencioso. Los riesgos laborales evidenciados son un hecho, como también lo es la falta de atención a un problema grave que no debe durar más tiempo. Han sido más de 20 años de promesas y anuncios incumplidos, más de 20 años de cambios de sedes y variaciones de proyectos. Ceuta se merece disponer de una sede en la que, al menos, se pueda trabajar con dignidad, lo que repercutirá directamente en el ciudadano.
Si el sistema judicial dispone de medios y espacios adecuados, la atención prestada será mucho mejor. Quizá el Ministerio ha dejado esta consideración aparcada en Algeciras.