Hoy hace 8 años que mi familia decidió dar el mejor paso, el más acertado: acudir a la Protectora a adoptar a uno de los perros que otros han abandonado. Nosotros no elegimos a Duke, fue él quien nos enseñó su nariz rosa nada más entrar en las instalaciones de Postigo y quien no se separó de nosotros hasta que nos lo llevamos esa misma tarde de un sábado 20 de diciembre. Tuvimos la sorpresa de que además ese día cumplía 2 años. Hoy lleva ya 6 con nosotros y 8 de vida. Ha sido y es la mejor elección, Duke nos ha dado todo: cuidado, protección, cariño infinito, fidelidad.
Él está ahí en la puerta de mi casa esperando a que yo llegue del trabajo. Dice mi marido que cuando se acerca a la puerta, a los dos minutos, aparezco yo. Y siempre me recibe con la misma fiesta. Así todos los días, todas las tardes, todas las noches e incluso las madrugadas que salgo y regreso. Él siempre fiel, siempre el primero.
A diario conocemos casos de maltrato y abandono, ejemplos de la mayor crueldad del ser humano. Pero es que somos así, la raza más estúpida capaz de dejar a nuestra mascota como quien tira una colilla, sin importarnos el futuro que tendrá, si su vida terminará en una Protectora, en la calle, enfermo, atropellado, sin un hogar.
Ahora, en Navidad, llegarán los típicos regalos y volverán los de turno a ‘comprar’ el perrito o el gatito como quien se compra unas bragas. Así hasta que se canse el niño o la niña, así hasta que nos demos cuenta que en la casa hay destrozos, alguna que otra sorpresa o que empiezan a aumentar las obligaciones y los gastos.
Si no vais a saber tener una mascota en condiciones, olvidaros y acudid a una juguetería para coger un peluche. Si no vais a estar a la altura, no vais a comprender que la mascota es un miembro más de la familia, mirad hacia otro lado. Y si estáis decididos a tener un perro o un gato, acudid a la Protectora donde hay decenas de ellos esperando simplemente que alguien les dé una oportunidad.
Nunca me arrepentiré de haber dado ese paso, afortunada de que Duke se fijara en nosotros, afortunada de tenerlo, afortunada de que nos dé tanto solo a cambio de eso, de haberle hecho un hueco entre nosotros.
Sé que esto solo lo podrán entender aquellos que tengan una mascota en sus vidas. El resto no sabe lo que se pierde. Gracias Duke por estar ahí todos los días, por haber sacado tu nariz rosa esa tarde elegida para la adopción, por haber saltado alrededor de Marcos como un loco y haberte pegado a Jose Luis que fue el que nos animó a tenerte. Gracias por adoptarnos. Lo hiciste tú.