La situación que se vive todos los días desde el lado marroquí del ‘Tarajal II’ es dramática. Son las avalanchas que no trascienden a ojos de los ceutíes. Este es el drama que tienen que vivir hombres y mujeres cada madrugada cuando hacen cola para intentar entrar en Ceuta y cargar bultos con los que llevarse una corta comisión para mantener a sus familias.
Soportan golpes, empujones, presiones, masificaciones… soportan situaciones, en definitiva, inhumanas, que no debieran permitirse, que no debieran producirse en una frontera que calla demasiados dramas. Hay porteadores que han resultado lesionados, que han perdido incluso extremidades; aún está sin esclarecer la muerte de Suad, después de sufrir una avalancha y regresar a Castillejos para fallecer 48 horas después. El negocio del bulto esconde esta explotación.