La Ciudad está siendo muy lenta, demasiado. Ya hemos llegado tarde con la publicación del decreto con las medidas que deben adoptarse. Medidas que ya no sirven, por insuficientes, ante la que se nos ha venido encima pillándonos en calzones sin medios, sin profesionales y con una plantilla sanitaria quemada. Eso sí, los mandamases de la plaza son los número 1 en descargar la responsabilidad en el ciudadano, sin mirarse al ombligo y recapacitar sobre cuál ha sido su capacidad de reacción, su inmediatez y su control posterior sobre lo que dictan. En todo eso están fallando. Hemos asistido a imágenes bochornosas sin que los responsables hayan siquiera pedido responsabilidades. La más cercana: el puente del Pilar. ¿Sabemos algo de por qué fallaron los protocolos? Nada, ni tan siquiera han hablado, se han callado después de consentir una de las vergüenzas de estas jornadas críticas.
Tenemos un decreto que ya no sirve porque llega tarde. Un decreto que nos aporta una serie de prohibiciones que son puras tiritas ante la herida que ya está manando en Ceuta. Un decreto que carece de la maquinaria para hacerlo cumplir: tiempo al tiempo. ¿O es qué se está cumpliendo el anterior? ¿Está este Gobierno en condiciones de decir que se respetan los aforos, que se cumple con las prohibiciones de ocupar parques, de organizar botellones, de hacer reuniones? No, no lo está porque no ha dispuesto una maquinaria de control adecuada y no es capaz de garantizar ni lo anterior ni lo que ahora ha dictado que debería haber sido mucho más duro. No se han atrevido, no han sido capaces o también piensan perder otro mes en ver cómo van a actuar más allá de lanzar veladas amenazas.
Sí, hay una parte de la ciudadanía que es una irresponsable, lo es ahora y lo ha sido antes y lo seguirá siendo hasta que no les toque en sus propias carnes vivir esto del coronavirus que todavía, dicen, es mentira. Pero también hay una dirección política que se ha dormido, que ha dejado pasar el tiempo hasta que este nos ha empezado a escupir sin piedad jornadas con demasiados positivos y semanas en las que se acumulaban las muertes. Y no será porque los entendidos en la materia no lo avisaron. Se cansaron de pedir rapidez, se hartaron de alertar sobre la que se venía encima... Hay que pedir al ciudadano responsabilidad dando ejemplo de responsable, y aquí lo que se ha sido es lento. Veremos.