Hace varios días aplaudíamos la actitud que habían tenido los políticos autonómicos cuando aprobaron, por unanimidad, el segundo expediente de modificación de crédito para adecuar las cuentas de la Ciudad Autónoma en la lucha con tra el COVID. Era la segunda vez en que se producía una situación parecida y hablábamos de la necesidad de que continuaría durante este tiempo porque así lo exigen los propios ciudadanos. Sin embargo, poco ha durado la alegría en la casa del pobre. Y todo porque resulta que el Gobierno del presidente Vivas ha decidido emplear la misma táctica del Gobierno andaluz y cerrar todo lo que no se considera como actividad esencial a partir de las seis de la tarde. Sin embargo, veinticuatro horas después resulta que se atiende la opinión de los empresarios y se amplía hasta las ocho de la noche. Pero nos encontramos con que la clase empresarial señala que la hostelería debe estar hasta las doce de la noche cuando resulta que en otros puntos de nuestro país la misma se encuentra cerrada. Si el Gobierno del presidente Vivas tuvieron la capacidad legal en la mano, hoy por hoy, estaríamos todos confinados y no estaría ningún comercio abierto ni tampoco ningún bar ni ningún restaurante. Porque parece que olvidamos que así se loa ha solicitado el Ejecutivo al Ministerio de Sanidad, pero éstos han pedido unas semanas para ver los datos y después tomar una decisión. Los partidos se están tirando los trastos a la cabeza y, desde luego, se está haciendo un flaco favor a la ciudadanía que cada vez se encuentra más harta de lo que está sucediendo porque los problemas están ahí y nadie es capaz de ponerse de acuerdo. Una situación muy triste.