El mal tiempo reinante en los últimos días obligaba a los ceutíes a dejar hasta última hora la visita al cementerio por la celebración de Todos los Santos, y no de forma escalonada desde días antes, como ha sido habitual otros años. Por ello, y aprovechando la tregua que la lluvia y el viento daban en la jornada de este 1 de noviembre, fueron numerosos los ceutíes que se acercaron hasta Santa Catalina para rendir un sentido homenaje a sus difuntos.
Pero antes, una parada obligatoria en alguno de los puestos de flores que se han habilitado, como cada año, ante las puertas del camposanto. “Lo que más estamos vendiendo este año son clavellinas, claveles, margaritas y crisantemos, aunque el año pasado esta última fue la flor que más se vendió”, apunta Antonio León, propietaria de la floristería del mismo nombre.
Todos se afanan en limpiar y adecentar el lugar del último reposo de sus familiares, colocando llamativos ramos de flores, pero otros, como los sepulcros de los inmigrantes se conforman con el humilde recuerdo de quien los lleva en la memoria. En cada una de las tumbas en las que están enterrados aparece una flor colocada por alguien que se acordó de ellos en esta emotiva jornada.
Una parada obligada para muchos es el panteón de Antonio Sánchez-Prado, donde reposan los restos del que fuera alcalde republicano de la ciudad. “Yo vengo todos los años a traerle un ramo de flores rojas”, apuntaba una ciudadana.
Aunque algunos nichos muestran el paso de los años, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, anunció ayer que ya no hay ninguno que esté en ruinas y aseguró que Fomento está actualmente redactando el proyecto por el que se construirán 300 nuevos sepulcros.