Ya hemos llegado al día de reflexión, el puente entre la última jornada de la campaña y el día donde los españoles están llamados a votar en las cuartas elecciones generales de este cuatrienio. Un día donde normalmente los candidatos lo dedican a pasar la fecha con las familias y a preparar todo el tinglado que cada formación política pone en marcha para que nada falte en la presencia de interventores y apoderados en los diferentes colegios electorales.
Reflexión sobre la necesidad de acudir a votar, a pesar del hartazgo que tiene la ciudadanía porque los políticos han sido incapaces de ponerse de acuerdo para la formación de un gobierno estable y que saque a nuestro país de una situación de interinidad que, en la práctica, viene desde las elecciones de diciembre de 2015. Además, contamos con un gobierno en funciones desde el mes de febrero y no nos podemos permitir el lujo de seguir con la misma cantinela, ya que en el horizonte más próximo se asoma una nueva crisis económica que necesita de respuestas urgentes por parte del Ejecutivo que esté al frente de los destinos de nuestro país.
Y también estamos obligados a hacer un llamamiento a los propios ceutíes. Vivimos en una tierra que es abstencionista por naturaleza y donde en cada elección ocupamos los lugares más bajos de participación electoral. Es verdad que en las elecciones de abril hubo un incremento del número de electores, pero coincidió con una subida importante a nivel nacional. Cuando todos los indicadores hablan de un nuevo descenso por ese mismo hartazgo, al menos en Ceuta, no podemos volver a caer en ese abstencionismo que nos ha machacado desde hace muchas legislaturas. Por tanto, los ceutíes tenemos una cita importante con las urnas a la que no debemos faltar este próximo domingo.