La Asociación Pro Derechos Humanos de Nador ha denunciado cómo los agentes marroquíes están llevando a cabo redadas masivas marcadas por la violencia, que se saldan con personas detenidas y trasladadas directamente en autobuses a la frontera de Marruecos con Argelia, a pesar de que en muchos casos están heridos. No discriminan a los adultos de los bebés o menores.
“Sin corazón ni ninguna consideración para bebés y menores, 10 niños fueron separados de su padre durante las detenciones violentas en Nador y actualmente están en devolución. En el bus les dieron a comer pan y agua”, denuncia la asociación. “Así es el humanismo de las autoridades marroquíes”, añade.
En pleno debate sobre la retirada de las concertinas en las fronteras de Ceuta y Melilla, asoman escenas tan crueles como estas. “Los migrantes subsaharianos son torturados en Nador por los gendarmes y las fuerzas auxiliares marroquíes. En las detenciones, en lugar de transportar a los migerantes heridos al hospital, son reprimidos en pleno desierto con su lesión. ¡Qué salvajismo!”.
Las mujeres detenidas también son devueltas hacia el interior de Marruecos y separadas de sus maridos después de sufrir violencia diversa por parte de los gendarmes y las fuerzas auxiliares.
La oenegé ha documentado con fotografías todo lo que está pasando y desvela que los gendarmes, fuerzas auxiliares y agentes de autoridad atacaron los campamentos y casas, arrestando a casi 59 “con una gran violencia” y a cien hombres. “Mujeres con sus hijos que fueron separados de sus padres. ¿Por qué separar con violencia a las familias? Son políticas de venganza gratis”.
La situación que se produce en Marruecos es callada de manera oficial, pero a pie de campo continúan estas prácticas en las que las batidas vienen marcadas por una actitud violenta en la que no se respetan los derechos humanos. Todo ello enmarcado en el papel de blindaje que se le ha encomendado al vecino país.