Qué es despistarse? ¿Por qué perdemos el norte? ¿Qué hay detrás del no darse cuenta de lo que te pasa o de lo que te rodea ¿Nos dan pistas los despistes?
El diccionario define que un despistado es una persona desorientada, distraída, que no se da cuenta de lo que ocurre a su alrededor: Distracción, fallo, olvido, error. descuido, equivocación, lapsus.
Platón recoge una divertida anécdota protagonizada por Tales de Mileto, quien fuera astrónomo, matemático, precursor del logos y uno de los Siete Sabios de la Antigua Grecia. Tales, caminando de noche con la cabeza fija en el firmamento, elucubrando acerca del movimiento de los astros, cae inadvertidamente y de bruces en un enorme socavón. Cuando apenas levanta del suelo, entre risas, una anciana que vió el batacazo exclama: “¿De qué te sirve ser alguien tan inteligente con el desplazamiento de los astros cuando es incapaz de tener la mirada puesta sobre lo que tiene frente a sus propios pasos?”
Abstaerse en cosas tan lejanas a costa de perder la visión sobre el presente más inmediato. El socavón, en cambio, es un símbolo de un problema de dicha realidad que requiere atención inmediata. Y la mujer es el reflejo de la sabiduría popular o mundana; un saber más centrado y con los pies en la tierra.
“Algún día perderás la cabeza”, “ no estás en lo que estás", “vísteme despacio que tengo prisa”... Podría escribir miles de Cañonazos sobre despistes personales que, tal vez, coincidan con los de ustedes: buscar las gafas y llevarlas puestas, no saber donde dejaste el móvil mientras estás utilizándolo, ponerse la camiseta al revés, confundir a una persona con otra, dar la enhorabuena en un entierro. En mi instituto hemos batido el récord de llaves perdidas; los dueños, siempre las recuperan.
Lo más gracioso que recuerdo en mi anecdotario fue el haber confundido los pantis de una compañera con una bufanda: estábamos en una casa rural en la sierra de Madrid. Paseando por la calle de Alcalá no iba con la falda almidoná pero mi cuello parecía engalanado con unas piernas que me bajaban por la pechera.
Hay otras expresiones que refieren el tema de los despistes:
"Algún día perderás la cabeza", "No estás en lo que estas", "Vísteme despacio que tengo prisas", podría escribir miles de cañonazos
Estar en la luna de Valencia, estar en Babia, estar en la inopia o en las nubes.
Ayer mi madre me llamó llorando y con un cuadro de ansiedad tremendo: “ Carlos no encuentro ni una palabra en la sopa de letras ¿Qué me está pasando?”. La respuesta era que la sopa no contenía, por error, ni una palabra propuesta. Buscando en el reverso el solucionario nos descubrió el misterio .
Pero hay otros despistes, otros lapsus, otras brújulas que dejan de funcionar. Ahí dejamos de ser conscientes de lo que nos sucede y, lentamente, entramos en la noche más oscura para no regresar jamás.