La familia de
Mohamed Alí ha podido enterrar los restos de su hijo este sábado en el
cementerio de
Sidi Embarek, en Ceuta. Acompañados de seres queridos, vecinos y todos aquellos que han sentido el mazazo de tan cruel
crimen, han podido darle sepultura en la tumba 4814. El féretro ha partido de Miramar Bajo para rezarle en la mezquita de la Almadraba desde donde se ha procedido a su traslado al cementerio. Allí se le ha dado sepultura con la presencia de sus familiares directos. Su madre,
Asma, ha peleado hasta el final por conseguir un entierro digno además de reclamar justicia para su hijo.
Ya hay dos condenados, aunque la
familia reclama penas de internamiento superiores. Queda el
único adulto implicado a la espera de
juicio. En el cementerio de Sidi Embarek los presentes han recordado a ese chico lleno de vida a quien se la arrebataron tras una emboscada, tras un engaño, tras llevarlo al monte próximo a la Tortuga, primero, y a la fuente de la higuera después, en donde quedó abandonado.
En febrero se
encontraron sus restos, pocos días después de que se produjera la confesión de dos de los implicados. Durante prácticamente un año su madre no paró de buscarlo, de pedir alguna pista sobre su paradero a sabiendas de que su hijo no se había marchado por propia voluntad. Hoy en Sidi Embarek se ha despedido a quien era un chaval lleno de vida. Ahora la familia tendrá un lugar al que acudir para rezarle o para encontrar la paz, la mayor unión con quienes nos han dejado en este mundo. En el caso de Mohamed Alí de una forma cruel, demasiado pronto, engañado por quienes
decían ser sus amigos. Asma sigue pidiendo justicia e intenta asimilar lo ocurrido teniendo a muchos hijos más a los que atender y por los que luchar como la madre coraje que ha demostrado ser. La asociación de voluntarios de Protección Civil ha estado presente. Lo ha hecho con corazón, con sentimiento, porque ellos estuvieron durante todas las labores de búsqueda, durante aquellas batidas por el monte. Uno de sus integrantes, José Antonio Méndez Ríos, quiso estar ahí en una señal de respeto y unión con la familia.