La fortaleza del Hacho de Ceuta y el fuerte de Rostrogordo de Melilla han tenido diferentes usos a lo largo de su existencia.
En referencia a la fortaleza del Hacho de Ceuta, la actual fortaleza se construye a principios de la década de los años 70 del siglo XVIII (concretamente en 1773). En el año 1870 esta fortaleza del Hacho se convirtió en penal, la Ley de Prisiones de 1849 disponía que los castigados a cadena perpetua cumplieran su condena en Ceuta y otros presidios africanos menores.
Este penal fue cerrado en 1910 para este fin, aunque se mantuvo como un centro de reclusión de presos militares hasta 1979. Hoy, abandonada su función como prisión, la fortaleza es sede de un acuartelamiento de Artillería Antiaérea y del Mando y la Plana Mayor de Mando del Regimiento de Artillería Mixto nº 30.
En cuanto al fuerte de Rostrogordo de Melilla, fue construido entre el 26 de mayo de 1888 y el 22 de junio de 1890 para defender Melilla de los ataques de los rifeños y más tarde, tras perder su función defensiva, pasó a ser una prisión militar en la que, como dato anecdótico, estuvo encarcelado el líder rifeño Abd el-Krim. Tras ser restaurado, en la actualidad forma parte del Parque de Ocio y Deporte El Fuerte, como Bien de Interés Cultural.

Del periodo de tiempo en el que tanto el fuerte melillense como la fortaleza ceutí albergaban presos militares, vamos a detenernos en la primera mitad de la década de los años 40 del pasado siglo, años en los que los presos militares de ambas fortalezas se iban a dedicar a una bonita labor, posiblemente desconocida por los habitantes de ambas ciudades.
Dentro de los documentos depositados en el Archivo Intermedio Militar de Ceuta y más concretamente en el fondo del Cuartel General del Norte de África, en su Sección 2ª (Asuntos), Subsección 10ª (Organización), se encuentran dos expedientes relacionados con la creación de los Talleres de Juguetería de ambos penales.
Como verdadero impulsor de esta actividad desarrollada en ambos presidios, nos encontramos con el Teniente General don Luis Orgaz Yoldi, nombrado Alto Comisario Español en Marruecos el 12 de mayo de 1941, permaneciendo en este cargo hasta el año 1945.
Fue durante el mes de noviembre de 1943 cuando el general Orgaz dio la orden de crear un Taller de Juguetería en cada uno de los penales de Ceuta (Hacho) y de Rostrogordo (Melilla), con el objeto de que al mismo tiempo que los presos y arrestados se redimiesen por el trabajo, poder obsequiar con juguetes, en el día de Reyes, a los niños pobres acogidos en los establecimientos benéficos de ambas ciudades, así como a los hijos menores de los reclusos que iban a participar en la construcción de los juguetes.
El Taller de Juguetería de la prisión del Hacho comienza a funcionar en el año 1943, con fondos adelantados por la Fortaleza. A final de este año, se habían construido 527 juguetes con un coste de 1.061,90 pesetas, siendo entregados a los hijos menores del personal que cumplía condena y a los niños desfavorecidos de diversas instituciones de la ciudad.
En el día de Reyes del año siguiente, 1944, fueron entregados al Delegado del Gobierno de la ciudad de Ceuta 788 juguetes, construidos por los presos militares del Hacho, para su distribución entre los niños desfavorecidos asilados en el Hogar de Nuestra Señora de África, los de Auxilio Social y los del Colegio de las Adoratrices.

Ya en el año 1945, último año del que se tiene constancia de la existencia de estos talleres, se construyeron por los presos de Ceuta un total de 1300 juguetes en madera, lata, aluminio, cartón, papel y tela inglesa, así como en tela pintada. La clase de juguetes que fueron construidos fue muy variada, desde camiones, caballos, carretillas, mesas, armarios, hasta cocinas, cochecitos de niñas, paelleras, cigüeñas mecánicas, jirafas, patos, conejos, etc….

Es de reseñar que los expedientes personales del personal militar que cumplió condena en la fortaleza del Hacho se encontraban depositados en el Archivo Regional de Ceuta, antecesor del actual Archivo Intermedio, y fueron transferidos al Archivo General Militar de Guadalajara en el año 1983, 4 años después de que esta fortaleza dejara de ejercer su función como prisión.
Por otra parte, el taller de juguetería de la prisión de Rostrogordo, en Melilla, no comenzó a funcionar hasta el mes de marzo de 1944, por carecer de fondos para la instalación del taller durante el año 1943. En el citado mes de marzo comienza su andadura este taller gracias a la entrega de 2.000 pesetas, con fondo a Gastos Generales, del X Cuerpo de Ejército del Ejército del Norte de África, con sede en Melilla.
Además, en junio de ese mismo año este taller de juguetería del penal de Melilla recibe un donativo de 2.000 pesetas del Alto Comisario con el fin de mejorar e impulsar los talleres y para adquirir materias primas con destino a la construcción de juguetes.
A finales del año 1944, el Taller de Juguetería de la prisión de Rostrogordo había construido un total de 537 juguetes con un coste de 2.077,25 pesetas, que serían distribuidos entre los hijos, hermanos y sobrinos menores de 12 años de los reclusos, los niños acogidos de la Asociación General de Caridad, del Colegio-asilo de la Divina Infantita, del Hospital de la Cruz Roja, de la asociación de viudas y huérfanos de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, de los 5 huérfanos de padre y madre del Teniente González Briones (fallecido en las últimas maniobras) y de los niños acogidos por el Auxilio Social.

Esta encomiable labor siguió desarrollándose por los presos de ambas fortalezas durante el año 1945, construyéndose en Ceuta un total de 2.000 juguetes y de 1968 juguetes en Melilla.
Cabe destacar que el Teniente General Orgaz, Alto Comisario Español en Marruecos y General Jefe del Ejército del Norte de África, en agradecimiento a la labor desempeñada por los presos de ambos penales estableció, además, la entrega de un donativo por importe de 200 pesetas a los familiares de los presos-obreros, a fin de que las esposas e hijos de éstos dispusieran de ingresos durante su ausencia como consecuencia de su internamiento.
Por último, en el expediente conservado en este Archivo Militar sobre la construcción de juguetes en los dos penales de las ciudades hermanas del Norte de África, se conservan los documentos originales de las cartas de agradecimiento de los responsables de las distintas asociaciones e instituciones a las que iban destinados los juguetes. En todas ellas, se resaltan los momentos de alegría y de regocijo extra proporcionados a estos pequeños “desheredados de la fortuna”, al recibir sus juguetes en fecha tan entrañable.






