No es una preocupación ajena en la sociedad de Ceuta. La inquietud acerca de las opciones laborales de los jóvenes en su tierra natal sale a relucir en la opinión pública local. No es tampoco un secreto el hecho de que el desempleo y la incertidumbre sobre el futuro se ceba con este grupo poblacional.
Las cifras de parados que son publicadas cada mes esconden nombres, rostros y deseos de alcanzar una fuente de ingresos que borre todos sus desasosiegos. Mujeres y hombres con una serie de retos a afrontar para hacerse su camino.
Los últimos datos, registrados en enero, apuntan de forma genérica a un total de 9.096 personas en esta tesitura. El Observatorio de la Juventud en España reveló en un informe que, de este número, 988 eran menores de 25 años, en concreto, 505 varones y 483 féminas.
Se firmaron, por contrapartida, un total de 13.833 contratos a ceutíes de todas las edades a través del SEPE en el año 2024.
La información trasladada por la entidad pública a El Faro especifica que, de todos los que estuvieron destinados a vecinos por debajo de los treinta, el 60% fueron temporales y el 40% indefinidos. Ellas son las que más ocupan el porcentaje, específicamente, un 65% frente al 54% de los perfiles masculinos.
Testimonios
Siete afectados por esta problemática relatan a este periódico cuáles son sus preocupaciones y las dificultades que tienen para plantearse cuestiones como la independencia o el ahorro con vistas a proyectos a largo plazo. Repartidos entre la zona centro y otras barriadas, todos coinciden en muchos aspectos.
La razón por la que ella sigue al pie del cañón son sus cuatro hijos. Suad se levanta cada mañana con el anhelo de encontrar un puesto que le permita mantenerlos sin ayudas de familiares. “Tengo 29 años. Lo único que necesito y pido es un trabajo”, expresa.
Lleva más de cuatro años sin lograr firmar un contrato que la retire de su complicada situación. Sus allegados son los que le echan una mano para subsistir. “No percibimos ninguna subvención, ni si quiera la del Ingreso Mínimo Vital. Lo primero que me dicen es que no nos pertenece nada, que tengo que tener cotizados no sé cuántos años. ¿Cómo vamos a hacerlo si no consigo un empleo? Tengo muchos cursos hechos; de camarera, cocinera, cajera, reponedora, mozo de almacén, jardinera, compraventa…Solo me falta ir a tocar a las puertas de las casas para sacar a perros o la basura”, cuenta.
“A veces mi hermana me da algo. Vive en los Países Bajos. Se tuvo que ir porque aquí no hay ningún futuro. Ya lo que faltaba es que nos echen de nuestra ciudad. Eso no lo vamos a consentir ni a permitir. Ni el Gobierno ni ningún político está luchando por nosotros. El pueblo lo hace por sí mismo. Cada barriada está en ello”, considera. No oculta su decepción con el paradigma actual ni tampoco su crítica hacia las autoridades. “No entendemos nada. Está la Delegación y el presidente de Ceuta. ¿Por qué no hacen nada? Ya es que ni votamos. No sabemos en quién creer. Solo en nosotros”, menciona.
"Arrepentidos"
Hamza se muestra trasparente. “No voy a mentir. Nunca me ha gustado estudiar. Solo tengo el graduado escolar. Nunca he trabajado”, manifiesta. “Sin eso no se optan a muchas ofertas. Son muchos en esta misma circunstancia, no solo aquí; en todo el país”, menciona. Tiene 25 años y lleva unos ocho con el sello del paro. Nunca le han propuesto formar parte de un programa laboral. Alguna que otra vez ayuda a algún vecino con un ‘chapú’ para conseguir dinero.
“No estoy aquí para echar la culpa a los jóvenes, a la sociedad o a la educación. Lo que sí puedo decir es que somos muchos arrepentidos por no haber estudiado. Existen talleres o preparaciones para obtener experiencia en un oficio. Mi familia y mis amigos han estado detrás de mí para apuntarme, pero sé que una vez que me cojan solo van a contactar con los enchufados”, estima.
“Aunque nos esforcemos no vamos a optar a un puesto”, añade. Cree que se debería apostar por la juventud a la hora de abordar ciertos proyectos, por ejemplo, en la construcción. Prevalecer a los que están en esta situación que vivan en la ciudad. “El 80% de zonas marginales nunca han currado o han tenido la posibilidad de hacerlo. Deberían llamarlos en estos casos”, comenta. “Al menos para aprender una profesión, no irnos y no abandonar a nuestros seres queridos por buscar otra vida”, expone. De hecho, ha contemplado en más de una ocasión hacer las maletas y buscar fuera. “Estamos arrepentidos, pero no vamos a estar siempre así. Necesitamos oportunidades”, indica. “Conozco a muchos con experiencia y en desempleo. No los llaman”.
“Empujan a los chicos a hacer locuras. Imagina a alguien que lleva mucho tiempo así. Le viene uno y le dice que si hace esto o lo otro pilla mil euros en una noche. No se va a quedar esperando y hay quienes lo prefieren a seguir esperando”, destaca. Elegir algún tipo de ciclo o lograr finalizar un grado universitario tampoco garantiza un escenario diferente a pesar de abrir puertas. Paula y Carlos sí cuentan con títulos.
El sector hostelero y el de transportes son los que más contratos acumularon en 2024
Ella estudió la carrera de Administración y Dirección de Empresas. Él tiene dos FP en el ámbito de la informática. Esta ceutí de 23 años lleva algo más de cuatro meses sin ejercer. Vive independizada junto a su pareja que sí percibe ingresos. Cuando perdió su cargo en una asesoría tras un año y cuatro meses comenzó a buscar una nueva ocupación. “Empecé un proceso de selección que duró 18 días. Finalmente me fui. Nos tenían allí de gratis. Nos posponían la fecha para firmar iban posponiendo la fecha del contrato”, subraya.
Logró una entrevista en otra compañía, se inscribió en Linkedin y se apuntó a un plan de empleo. “A las semanas me localizó una empresa para pasarles el currículum, pero todo se quedó ahí”, asegura. A pesar de moverse por varios canales, afirma que rara vez ha obtenido una respuesta después de enviar su perfil. “Hay mucha competencia. Otros también solicitan esos puestos”, comenta.
La inestabilidad laboral marca la vida de los distintos vecinos entrevistados
No cuenta con ningún apoyo económico, pero contempla pedir un respaldo financiero para el alquiler. “La renta se lleva más de la mitad del salario que entra en casa”, alega. Este contexto para Paula es “difícil” ya que considera que se ha esforzado para sacar su grado. “Si nadie me contrata, conforme más tiempo transcurre, en cierto modo ese periodo sin nada lo penalizan”, remarca. “Si no me voy es por falta de recursos, pero me iré porque no veo futuro en Ceuta. Sin contactos es complicado”, indica.
Cree que es necesario para mejorar la situación de los jóvenes que los institutos y facultades “se tomen en serio” las prácticas para evitar que los alumnos solo sean incorporados solo para “compensar” falta de personal. Carlos, de 28 años, lleva un año sin trabajar. Ha mirado por varias plataformas y no suele recibir mensajes tras enviar su currículum. No se ha emancipado de casa, pero le gustaría empezar su camino en otra vivienda. Su mayor preocupación en torno a su escenario es, precisamente, no tener medios para avanzar. El SEPE le informó sobre un curso y recibe una ayuda. “Me iré de aquí si veo que no queda más remedio”, expresa.
Sectores con más demanda
A la hora de acceder a una oferta también influye el estado de cada ámbito y las necesidades de cada sector. La hostelería se lleva la palma en lo que se refiere al grueso de contratos efectuados a través del servicio público en 2024. Fueron 2.309 puestos los que se desempeñaron en este sector.
Le sigue transportes y almacenamiento con la misma cifra de contratos, comercio con 1.831, administración con 1.511 y labores sanitarias con 1.285. El mayor volumen se produjo en julio, octubre y diciembre con cifras en torno a los 1.400 cada mes. A estos se suman en segundo lugar 290 más en septiembre, momento en el que “influyó un plan”, según el ente. “La selección de candidatos en ese periodo del año favoreció una mayor participación de mujeres y colectivos prioritarios”, detallan.
Todos ellos se han realizado por sondeos entre los usuarios de la oficina de empleo, en el portal ‘Empléate’ donde se centralizan todos los anuncios o en ‘Contrat@’, una plataforma online que facilita en contacto directo entre posibles trabajadores y entidades. Otro de los datos que recalcan desde la institución en este sentido es la estacionalidad que existe en comercio y hostelería. La otra cara de la moneda la dibujan las ocupaciones publicadas que no fueron cubiertas y para las que no hubo aspirantes en Ceuta. Están relacionados con oficios o profesiones enlazadas con la salud como, por ejemplo, perfiles de anestesista, dermatólogo, traumatólogo, psiquiatra o radiólogo.
Se unen otros como zapateros, churreros, cristaleros o carpinteros. Supusieron 52 huecos sin solventar entre los 1.291 publicados en las 737 ofertas gestionadas por el SEPE. Un total de 500 de ellas fueron puestas en ‘Empléate’.
"Una vergüenza"
Al otro lado aún están quienes todavía pelean por alcanzar una oportunidad. Ad-Rahman es uno de ellos. Perdió su trabajo hace un año. “Estoy todos los lunes en el INEM y aun así no llaman”, señala.
Durante una temporada residió en otras poblaciones para ganarse el pan. “Tuve que dejar mi ciudad. Eso es muy fuerte. No pude aguantar. No pude dejar a mi familia”, apunta. “Podría haber cogido una ayuda, pero no lo he hecho porque lo que quiero es trabajar”, asevera. “Me parece una vergüenza lo que hacen con los jóvenes. Queremos hacer nuestros ahorros y como mucho nos localizan para estar dos meses y a la calle”, enfatiza. Mohamed tiene 20 y todavía no ha contado con la posibilidad de empezar su vida laboral. Estuvo también fuera en un intento por toparse con esa primera vez. Marina, de 33, tiene una historia con más aristas. Cursa una formación en peluquería, aunque ya cuenta con dos previas en hostelería y sanidad.
Se firmaron 13.833 contratos a ceutíes de todas las edades a través del SEPE
Es madre soltera de una niña. Está parada desde hace meses tras un puesto que la sobrecargó. “Echaba 14 horas seguidas sin ver a mi hija y sin poder estar en la ciudad”. relata. “No ayudan en nada. Como mucho me dan un cheque para prendas. ¿Le doy ropa para comer?”, expone.
Ha desempeñado distintos oficios en Valencia, Málaga, Granada, Castellón y Madrid. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, se ve con las manos vacías.
Lo bueno se va.....y la escoria se queda,la escoria me refiero es a la elite de delincuentes y maleantes que desgraciadamente no se van ...SE QUEDAN A CHUPAR Y A JOD.....ER
Los jóvenes solo??? Pero lo tienen los mayores que no pueden salir de aquí por cargos familiares una persona joven no tiene ataduras puede tener oportunidad de empezar en otro lugar
Y que espera conseguir con el graduado escolar el tal Hamza ese? 25 años, y si no ha currado en 8, que ha estado haciendo entonces? Será posible..
Que se queje un tío con una carrera y un master de enfermeria sobre no encontrar trabajo lo entiendo, que se queje un chaval con una grado superior en mecanica y varios cursos de especializacion tambien, que lo haga alguien que solo ha estudiado lo que es obligatorio… Manda cojo..
Mismo perfil de siempre . Cero formación y pocas ganas de trabajar . Ese es el país que están dejando estos inútiles del gobierno