De Teleceuta a RTVCE

Mañana se cumplen 25 años de un acontecer histórico de la televisión local. El 10 de marzo de 1989 comenzaba a emitir ‘Teleceuta’, una de las televisiones locales pioneras de España. Poco más de una semana después de que iniciara su andadura ‘Canal Sur TV’, actualmente en plena celebración de sus bodas de plata. Conmemoración que también podría estar festejando ahora nuestra primitiva tele de no haber sido por el polémico y desafortunado cierre de la emisora que decretó Francisco Fraiz, escasos meses después de su retorno a la alcaldía, ya bajo las siglas del PFC.  A diferencia de nuestra actual televisión pública, RTVCE, dos terceras partes del capital de ‘Teleceuta’ era privado, participación surgida de la fusión de los dos vídeos comunitarios de la época, ‘Canal 3’ y ‘Vídeo Ceuta’, junto con Procesa. Una sociedad anónima en la que el 66 por ciento pertenecía a la empresa privada y un tercio a la Sociedad de Fomento. De tal suerte que de cada entidad entraron cuatro accionistas a formar parte del Consejo de Administración, al tiempo que el Consejo Rector para el control de la programación de la sociedad lo componían los 25 concejales.
Quienes conocimos de cerca ‘Teleceuta’ podemos afirmar que fue toda una gran televisión, teniendo en cuenta los medios de la época y la gran juventud de sus profesionales, algunos de ellos actualmente enrolados en RTVCE tras haber ido desfilando por las rudimentarias y casi de juguete televisiones privadas que se fueron sucediendo en el intervalo entre el cierre de ‘Teleceuta’ y la entrada en servicio, en el año 2000, de la actual televisión pública. Por cierto que hasta aquellos estudios de Real 90 llegaron a acercarse promotores de futuras nuevas estaciones locales peninsulares para conocer de cerca el proyecto, las líneas de actuación y el funcionamiento de la estación ceutí.
‘Teleceuta’ ofrecía dos informativos diarios que cada jornada hacían posible Álex Ramírez, Juanjo Cerro, Luis Miguel de Juan, José Manuel Domínguez y Nuria Galán. Complementaban esta parcela sus animados debates, tan ausentes hoy en nuestra pantalla local, y el amplio magacín de mediodía, El Mirador, con Andrés Sánchez al frente. Otros destacados programas eran Casa de todos, con la información municipal al detalle; El barrio, (barriadas), conducido por Enrique Lepiani; Tres en uno, con Nieves Lesmes, además de los concursos, espacios de entretenimiento, retransmisiones y una completa parcela deportiva de la mano de Juanma Navas, Tony de la Cruz y Juan Jiménez. Detrás de la pantalla otros conocidos profesionales como los cámaras Mohamed Abdelkader y Miguel Morales, los realizadores Quique Cañas y Manolo de la Cruz, por citar solo a quienes actualmente continúan en RTVCE. Y al frente de la emisora, Manuel González Bolorino, todo un histórico de la televisión local.
‘Teleceuta’ se presentó oficialmente en la discoteca-pub ‘Bogoteca’ aquel 10 de marzo. Un multitudinario acto en el que, el alcalde de entonces, Fructuoso Miaja, ilusionado con el proyecto, destacaba la calidad técnica y humana de aquel equipo, a la par que expresaba su alegría y orgullo por poder contar ya con una televisión nuestra. A renglón seguido la emisión inaugural con un cartel de lujo con las actuaciones de Hilario Camacho, María José Santiago, Paco Gandía y la película Cowboy de medianoche al término de la gala.
Nada comparables los medios tecnológicos y posibilidades de nuestra actual televisión pública con los de aquella primera experiencia, tras la apuesta con los medios necesarios que la Ciudad ha venido llevando a cabo con RTVCE desde su fundación.
Ceuta, por sus características, precisa de una televisión propia fuerte, independiente, divulgadora y defensora de nuestra identidad. Un canal que, por razones obvias, cubra lo que otras cadenas nunca podrán ofrecernos, siquiera desde un ámbito regional por nuestra aislada condición de Ciudad Autónoma. De ahí la necesidad de mantener ese televisión, siempre desde el ámbito público.
Privatizar el medio, precisamente en Ceuta, es algo totalmente inviable, máxime con la crisis que arrastra esta ciudad, no de ahora sino desde hace muchos años. Aún inyectándole una subvención municipal a la empresa que se hiciera con la concesión del servicio la progresiva precariedad del medio sería inevitable.
Nuestra televisión pública debe ir hacia un ascendente nivel de gestión, exigencia, calidad y pluralidad de acuerdo con los recursos humanos y técnicos de los que dispone. Sólo de esta forma se conseguirá evitar que en cualquier momento se pudiera cuestionar su existencia como viene sucediendo con determinadas cadenas autonómicas.