No hay verano que se precie sin baños de sol, chapuzones refrescantes, momentos divertidos... Y ladrones en las playas que, este año, se están cebando con los bañistas de La Ribera. El rastro de esos hurtos, como tantos otros ámbitos, queda en las redes sociales. Un espacio de protesta que los cuerpos de seguridad relativizan porque la denuncia no se formaliza, pero que la ciudadanía emplea para airear su indignación.
El robo más reciente del que se tiene constancia data de este mismo lunes cuando, como relata una familiar, a su prima le sustrajeron la mochila con todas sus pertenencias, cartera y teléfono móvil de gama alta incluido. “¡Qué vergüenza! No poder ni darte un baño tranquilo en tu ciudad. Ver al niñato dando vueltas con la mochila y no haberlo parado. No entiendo qué seguridad tenemos en esta ciudad. En fin, que tenga cuidado todo aquel que vaya a darse un baño”, manifiesta por escrito sin mencionar a la Policía Local, que tiene un servicio en playas. Ella asegura que han interpuesto la correspondiente denuncia.
Por el perfil que presentan las últimas víctimas, estos cacos –que actúan en solitario o bien lo hacen de manera organizada– evidencian su preferencia por los grupos de jóvenes que, distraídos mientras están en el mar, son el blanco perfecto. Hasta este periódico llegaron testimonios de chicas que, al regresar de la orilla, habían sido desvalijadas. Igual de irritante es el caso de una madre que, al coger el bolso con los juguetes de la playa de sus hijos, se encontró con la desagradable sorpresa de que había desaparecido. Un botín que, por seguro, también desconcertó al ladrón.