Los jardines de la Argentina fueron escenario, la pasada noche, del robo practicado contra un joven que fue asaltado, pasadas las diez de la noche, por cuatro individuos que tenían los rostros tapados. Haciendo uso de grandes dosis de violencia, consiguieron amedrentarle y hacerse con 300 euros que llevaba en la riñonera. Los agresores pudieron darse a la fuga con el dinero tras golpear a la víctima. La Policía investiga ya lo sucedido, en unos hechos que se encuadran en un caso de robo con violencia ya judicializado. Como éste hay más, ya que en los últimos meses se esta produciendo un incremento de los robos practicados con violencia. El caso de marras se encuentra ya judicializado, pero hay más. Esta misma semana la propia Policía, a través de la UDEV, detenía a dos jóvenes, residentes en la ciudad, que estaban presuntamente detrás de algunos de los robos con violencia, realizados por medio del tirón, que se habían denunciado.
Pero no todos los casos llegan a la Jefatura. Algunos de estos robos nunca se denuncian, bien por dejación de las víctimas, bien por el colapso registrado en la propia sede policial que no hace sino ralentizar la atención al ciudadano.
Más delitos y crisis
La propia Federación de Vecinos ha pedido una mayor coordinación entre fuerzas de seguridad y el regreso de la llamada policía de barrio, al objeto de incrementar la presencia de estos agentes, in situ, en las barriadas.
La misma no llega ni tiene visos de hacerse realidad, dentro del organigrama establecido en la Consejería de Gobernación.
De los últimos atracos violentos registrados en la ciudad, quedan muchos sin resolver. Entre ellos el sufrido por un estanquero de la barriada de San José a quien su atracador no dudó en golpear con una pistola hiriéndole gravemente en la cabeza. Después se dio a la fuga sin que pudiera ser detenido por las fuerzas de seguridad. Horas antes otros dos robos con violencia tuvieron lugar en la misma barriada, sin conseguirse su resolución.
Según fuentes policiales, la crisis puede influir en el incremento de los atentados contra el patrimonio o contra las personas, y, sobre todo, en las mayores cargas violentas de las que hacen uso los delincuentes.